CINE

Joaquin Phoenix, la estrella más cautivadora

En el fascinante 'thriller' 'En realidad, nunca estuviste aquí', Joaquin Phoenix vuelve a demostrar que es, quizás, el mejor actor que conocemos

Joaquin Phoenix, la estrella más cautivadora

Joaquin Phoenix, la estrella más cautivadora / periodico

Nando Salvà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Saber quién es el mejor actor vivo es algo imposible, más que nada porque la calidad de las películas y los personajes que contienen es algo sujeto a opiniones, y con las opiniones ya se sabe lo que pasa. Dicho esto, para constatar que Joaquin Phoenix es uno de los intérpretes más cautivadores del cine americano actual no hay más que fijarse en su nuevo trabajo, por el que obtuvo el premio al Mejor Actor en el pasado Festival de Cannes.

'En realidad, nunca estuviste aquí' es un' thriller' tan lleno de brutalidad como de nihilista lirismo ambientado en las malas calles neoyorquinas. En la piel de un justiciero dedicado a rescatar a niñas de la prostitución infantil que bien podría tener vínculos de sangre con Charles Bronson y Travis Bickle, Phoenix batalla con todo un catálogo de demonios personales. A ratos tierno y a ratos bárbaro, y a ratos ambas cosas a la vez, resulta increíblemente convincente en la piel de un hombre machacado por el mundo que ha decidido ir a muerte para pagarle con la misma moneda.

{"zeta-legacy-image-left-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/5\/3\/1511265345235.jpg","author":null,"footer":null}}

Mientras pasea por la película con los ojos vidriosos y martillo en mano, Phoenix mantiene intacta ese aura de misterio que lo ha acompañado a lo largo de su adultez. Para explicarla quizá quepa recordar el celo con el que guarda su vida privada, lo que le permite desaparecer en los confines de cada personaje, o la angustia personal que a buen seguro le causaron circunstancias personales como la muerte de su hermano River, los años pasados en la secta Hijos de Dios y ese accidente de coche que casi le cuesta la vida -y del que, por cierto, le rescató el mismísimo Werner Herzog-. Y tampoco está de más recordar estos otros motivos.

UN HOMBRE SIN EDAD

De entrada, acaba de cumplir 43 años que sorprenden a pesar de que no parece mayor ni tampoco más joven. Siempre, desde que presentó su adultez en pantalla en 'Todo por un sueño' (1995), ha resultado difícil echarle años; los diferentes rasgos individuales de su rostro nunca se han puesto de acuerdo respecto a la edad que quieren aparentar, o a si prefieren dar una imagen de inocencia juvenil o una de años de penurias.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/8\/4\/1511208045948.jpg","author":null,"footer":"'Her' (2013)."}}

Eso le da una versatilidad que queda especialmente patente en 'Her' (2013), en la que su personaje se enamora del sistema operativo de su ordenador. A lo largo de su metraje observamos cómo pasa de ser un hombre enfadado y tormentoso a un cachorro feliz y sonriente y asombrado por el poder del amor en su vida, y sentimos el dolor que sufre al comprender que su romance es un imposible.

PHOENIX CONTRA PHOENIX

Su mirada puede ser reconfortante o terrorífica en función de cómo le dé la luz, su presencia puede sugerir vulnerabilidad y amenaza casi a la vez. En realidad no hay un Joaquin Phoenix sino dos: uno es un tipo melancólico y desvalido que sigue viviendo en casa de sus padres, como el fotógrafo suicida al que dio vida en 'Two lovers' (2009). El otro es el emperador Cómodo de 'Gladiator' (2000), tan sediento de sangre que para gobernar Roma es capaz de matar a su padre.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/2\/0\/1511208046002.jpg","author":null,"footer":"'Puro vicio' (2014)."}}

MALA IMAGEN

En ese sentido, no es menos notoria su voluntad de alejarse de la impoluta imagen del arquetipo del actor protagonista de Hollywood. En 'En realidad, nunca estuviste aquí', por ejemplo, presenta un físico bovino y una barba como la que Mel Gibson lucía en sus años más locos; en 'Puro vicio' (2014), luce pelo desgreñado e indescriptibles patillas, calza chanclas mugrientas y, a modo de aderezo, se comunica más con mugidos que con palabras.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/1\/9\/1511208045991.jpg","author":null,"footer":"'The master' (2012)."}}

Asimismo, pocos actores hay tan capaces como él de usar el cuerpo con fines expresivos. En 'The master' (2012), en la piel de un exsoldado borracho y psicológicamente dañado, permanece corvo durante toda la película, con el cuello torcido y la espalda doblada incluso cuando destroza retretes a golpes. Es un animal feroz, que hace esculturas de mujeres desnudas en la playa y que luego tiene sexo con ellas como un poseso.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/8\/8\/1511208045988.jpg","author":null,"footer":"'En la cuerda floja' (2005)."}}Resulta difícil ubicar con precisión el momento en el que Phoenix dejó de ser un gran actor para convertirse en uno extraordinario. Unos lo sitúan en alguna escena de 'Gladiator', otros consideran que coincide con el 'biopic' 'En la cuerda floja', en el que recreó la convulsa peripecia del músico Johnny Cash desde sus humildes inicios hasta que se convirtió en icono del rock.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/8\/7\/1511208045978.jpg","author":null,"footer":"'I'm still here' (2010)."}}

Sin embargo, quizá el más obvio punto de inflexión en su carrera lo represente 'I'm still here' (2010), aquel falso documental en el que Phoenix relataba su supuesta retirada del cine y su reconversión en un rapero cocainómano apodado JP. Aquella infravalorada sátira de la cultura de la celebridad a punto estuvo de costarle la carrera: tardó dos años en volver a rodar después de ella. Desde entonces, eso sí, no ha ofrecido más que interpretaciones mayúsculas.

Y las que le quedan.

TEMAS