circo

Acróbatas de la emoción

Pasen y vean. 'Invisibles', del Circ d'Hivern del Ateneu Popular 9Barris, y el nuevo Raluy Legacy. El circo ya no es cosa de niños

'INVISIBLES'La propuesta de circo contemporáneo del Ateneu Popular 9Barris.

'INVISIBLES'La propuesta de circo contemporáneo del Ateneu Popular 9Barris.

Imma Fernández

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Qué lejos queda aquel infantil «¿cómo están ustedes?» de los payasos de la tele. Lo resume bien el lema del nuevo Circo Raluy Legacy que ha anclado su carpa en el Port Vell: «Un espectáculo para adultos que ningún niño debería perderse». Así es también el Invisibles del 21º Circ d'Hivern del Ateneu Popular 9Barris, una pieza destinada a todos los públicos que envuelve el riesgo con una poética dramaturgia.

Empecemos por la propuesta de este distrito en las alturas, invisible -como el título de la obra- para la mayoría de barceloneses. En ese Nou Barris de los prodigios, hace 40 años los vecinos desmantelaron una fábrica contaminante y sobre ella construyeron un ateneo que hizo del circo su trampolín. Subidos a los zancos, muchos encontraron el equilibrio en un territorio difícil, cuesta arriba en todos los sentidos, que hoy es un hervidero cultural. La instalación en 1999 de la escuela Rogelio Rivel completó la hazaña y dio aún mayor visibilidad a la apuesta circense.

Una excelente banda sonora, interpretada en directo, acompaña el viaje y la pericia de los acróbatas, entre ellos Tomeu Amer, protagonista en la rueda alemana y en los vertiginosos equilibrios en escaleras, y una Griselda Juncà que sobrecoge desde el trapecio, en un fantástico número que aúna dificultad y sentimiento. Estos Invisibles merecen ser vistos.Desde hace dos décadas, cada Navidad el Ateneu crea un nuevo espectáculo que este año, bajo la dirección de Joan Arqué y Joan Ramon Graell, habla de huidas, individuales y colectivas. Sobre el escenario, la vela de un barco y un océano de emociones que va inundando la platea. Viejas maletas y un puñado de personajes a la deriva. O quizá no.

En el otro extremo de la ciudad ha iniciado su viaje el nuevo Circ Raluy Legacy. No se confundan: el Raluy de siempre ahora son dos. Lluís (Lluiset) y su hermano menor Carlos se separaron. El primero, con sus hijas, Kerry y Louisa, persigue mantener el legado de la familia, y de ahí el Legacy, explica Kerry, mientras Carlos ha emprendido otro proyecto: el Circo Histórico Raluy.

El Legacy cuenta entre sus estrellas con Iya Traore, crack del freestyle con el balón que llegó a militar en el Paris Saint Germain. Kerry lo descubrió haciendo malabarismos frente a Notre-Dame y le convenció para lucirse bajo una carpa. Además, la propia Kerry firma con su marido un precioso vuelo aéreo y sus sobrinas Niedziela (fue finalista de Gran Hermano) y Emily cortan la respiración con su asombrosa velocidad sobre patines. El legado de Lluís Raluy Iglesias está en buenas manos... y pies.