RETRATSBCN
La tatuadora que percibe colores cuando el mar besa el cielo
Para Mamba, tocar la sal y el viento a diario, libro en mano, se ha convertido en una necesidad
Mamba, tatuadora. Decora cuerpos y se refugia en el mar.
"A menudo pienso que este rincón del mundo me ha hecho revivir y subir a la superficie a pesar de no ser donde, precisamente, me meto al mar a nadar. En casa y pasado el tiempo, mi padre me recordó que ya en el sofá disfrutaba mirando nacer el sol sobre el mar. Lo hacía día tras día y yo pensaba que mi padre no lo sabía. A partir de entonces, tocar la sal y el viento casi a diario, libro en mano, se ha convertido en una necesidad.
El mar, el cielo, la humedad creando nubes, creándose colores de instantes irrepetibles...
El cielo y el mar se besan, los pájaros tararean y la paleta de colores nunca repite la misma acuarela. Este trocito de Barcelona donde todo se paraliza menos mi vorágine particular que me da fuerza y serenidad. Mi búnquer que, dentro de una Barcelona dura y complicada a veces, me hace sonreír y me hace volver a paladear las cosas como cuando era una niña. Que, bien mirado, es como se disfruta todo, a conciencia plena".
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