La plaza en la que te pasa de todo

Aquí te sientas sin querer con pose cinéfila. Son las mismas escaleras donde posan unos imberbes <strong>Marcel Borràs</strong> y Nao Albet (formato animado) en el cartel de '<strong>Dibujo de David</strong>'. De aquel corto de <strong>Iván Morales</strong> ya han pasado 10 años y un puñado de obras que han dejado poso teatral: '<strong>Sé de un lugar</strong>', 'Jo mai', '<strong>Cleòpatra</strong>', '<strong>Wasted</strong>'. Ahora está en <strong>La Villarroel</strong> 'La calavera de Connemara', con unos <strong>Pol López</strong> y <strong>Oriol Pla</strong> que tienen a los críticos babeantes.  

El director y autor se sienta en la <strong>plaza de Vicenç Martorell</strong>. «Es una plaza que me ha acompañado en momentos muy diferentes y muy importantes», confiesa. «Es un sitio en el que te puede pasar de todo –promete–. A mí personalmente me ha pasado de todo: me he enamorado, he tenido encuentros familiares súper importantes, he tenido algún problema con la ley [no hay forma de que entre en detalles],

he pasado muchas horas con mi hijo...». Aquí rodó también su primer corto con 19 años: '<strong>Ha llegado el momento de contarte mi secreto</strong>' (2000), con <strong>Bruno Bergonzini</strong> y <strong>Frank Capdet</strong>.   

REMANSO DE PAZ

A Iván la plaza le recuerda a un ágora, por los pórticos, aunque estén llenos de mesas y guiris. «Te genera un pequeño remanso de paz en medio del meollo, pero está lo suficientemente dentro del meollo como para que las ondas expansivas te vengan». Las del Raval, su barrio. 

Las de Iván alcanzarán La Villarroel hasta el 26 de noviembre. Dirige 'La calavera de Connemara'. La firma el irlandés <strong>Martin McDonagh</strong>, pero se vería la mano de Iván Morales con los ojos cerrados. «Comedia negra de amor y huesos», la resume él. Carcajadas que dejan con la boca abierta: adaptación fluida y reparto estelar. El público termina en pie.