EL MUSEO IMAGINARIO

El oasis de energía de Enric Masip

El deportista siempre encuentra un hueco para escapar al club Arsenal, el refugio donde desconecta y se mantiene en forma

DESCONEXIÓN Enric Masip, en el club Arsenal Masculino, donde intenta escaparse cada día para cargar pilas y mantenerse en forma.

DESCONEXIÓN Enric Masip, en el club Arsenal Masculino, donde intenta escaparse cada día para cargar pilas y mantenerse en forma.

David Torras

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Hace 13 años que dejó las pistas contra su voluntad (la maldita espalda), acompañado de uno de los historiales más admirables del balonmano mundial (6 Champions, 8 Ligas, 8 Copas y 2 Recopas con el Barça, y varias medallas con la selección), pero casi desde ese mismo día no ha estado quieto.

Es díficil, casi imposible, que Enric Masip no encuentre un hueco para hacer deporte, la pasión de su vida. Y no hay ningún sitio donde se encuentre mejor que en el club Arsenal Masculino. Un oasis de 18.000 metros cuadrados en la falda de Collserola, su segunda casa y el escenario donde cumple el ritual de apretar los dientes y sufrir. Sufrir disfrutando.

"A todos los que hemos sido deportistas nos resulta muy difícil dejarlo y, encima, en mi caso, no fue por cansancio sino por obligación. Así que seguir vinculado al deporte es lo que me da airevidaenergía", explica, manteniendo esa figura imponente que obliga a preguntarse si no sigue en activo cuando va camino de los 50.

Esa obsesión por no dejar pasar un día sin quemar calorías le ha llevado a plantarse ante la puerta del Arsenal a las 6.30 de la mañana y ser casi el primero en pisar el vestuario. "A veces, si me despierto y me pongo a pensar y no puedo dormir, vengo aquí. Te encuentras con mucha gente mayor, que son los más madrugadores. Y salgo nuevo".

A pesar de ser un gran jugador de pádel (lo hace a menudo con Puyol, que está enganchadísimo, Salinas, Luque, Bertín Osborne, con quien mantiene una gran relación, e incluso con el número uno del mundo, Belasteguín) se dedica mucho más a machacarse en el gimnasio como una manera de sentirse como el deportista que será para siempre.