Espai Contrabandos: una trinchera para el pensamiento crítico

"Soy editora, así que solo podía elegir una librería", dice Laura Huerga para explicar por qué ha propuesto el Espai Contrabandos como elemento barcelonés a preservar en nuestro Museo Imaginario. Claro, pero librerías hay muchas, y con más galones (contados en espolones y arañazos) que esta. "Es que me gusta especialmente porque todos los libros que tiene son de editoriales independientes y fomentan el pensamiento crítico y el compromiso social. Además, me encanta cómo distribuyen los títulos: en lugar de organizarlos por temas, lo hacen por editoriales, lo que te permite verlos de otra manera".

Entre el medio centenar de sellos presentes en sus estanterías está el que fundó y dirige Huerga, Rayo Verde/Raig Verd, que lleva ya cinco años de lucha por no apearse de sus principios fundacionales: publicar propuestas singulares, que la estimularan intelectual o emocionalmente y que rompieran la hegemonía de la cultura anglosajona: autores griegos, holandeses, polacos, rusos, croatas, turcos...

En el haber, campanazos como el de Gerbrand Bakker, galardonado con el Premi Llibreter a los pocos meses de inaugurar el catálogo, o el de Svetlana Aleksievich, que se alzó con el Nobel mientras Raig Verd ultimaba la traducción al catalán, por primera vez, de una de sus obras. O el de Jean Echenoz, a quien también tradujeron a esta lengua por vez primera. "Y el miércoles sacaremos su último libro, Enviada especial. Anagrama, en castellano, y nosotros, en catalán".

De Espai Contrabandos Huerga destaca también las muchas, muy diversas y muy comprometidas actividades que organizan, y algo más doméstico: que en su espacio infantil puedes dejar a los niños entre cuentos mientras tú indagas entre sus estantes, o te sientas en un sofá con una infusión y un libro entre las manos. ¿Tienen cafetería? "No, te lo preparan en su cocina... Te sientes como en casa".