el museo imaginario

Elena Gadel, una vecina más de la calle de Pi i Margall

La actriz y cantante, protagonista del musical 'Cabaret' (Teatre Victòria), disfruta de la vida de barrio en la misma vía en la que vive

Elena Gadel, una vecina más de la calle de Pi i Margall

Elena Gadel, una vecina más de la calle de Pi i Margall / periodico

Ferran Imedio

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Las estrellas del cine, el teatro o la música lo tienen fácil para acabar pensando que están por encima del bien y del mal. Tantos aplausos cosechados, tantos fans diciéndoles lo guapas y buenas que son... Algunas caen en el divismo. En cambio, otras, como la actriz y cantante Elena Gadel, siguen con los pies en el suelo. Y bien que podría creérselo, pues está triunfando con 'Cabaret' (Teatre Victòria, obra que ha superado las 100 funciones y los 50.000 espectadores) como hizo antes con 'Mar i cel' y 'Grease', por ejemplo, además de participar en la serie 'Com si fos ahir' (TV-3).

El mejor ejemplo de su humildad es la elección que hace para nuestro museo imaginario: Pi i Margall, la calle donde vive. Allí se da un baño de normalidad. Vida de barrio auténtica. En el fondo, no deja de ser una reivindicación de la Barcelona de toda la vida, la que no aparece en el escaparate.

"ME ENCANTA VISITAR LAS TIENDECITAS"

"Hago mi vida en este calle, donde lo tengo todo", resume la artista. Empieza desayunando un bocadillo y un café con leche ("¡es sagrado para mí!") en Soco y sigue comprando en Casa Ametller "cualquier cosa": sopas, verduras, frutas, pasta... Incluso comida preparada. "Soy fan absoluta de esta tienda por sus productos de proximidad", explica Gadel. Se hace la limpieza de cutis a pocos metros de su edificio, acude al mercado, que está un poco más arriba... Y así continuaría todo el día. "Me encanta visitar las tiendecitas del barrio, conocer a la portera, a quien me hace el café... Me gustan las relaciones cercanas". Todo en Pi i Margall.

La que fue concursante de la segunda edición de 'Operación triunfo' lo tiene claro: "Al final, somos personas por mucho que la noche anterior te hayan aplaudido centenares de espectadores. Al día siguiente te levantas y te apetece un bocata en el bar de al lado. Entonces agradeces el trato de tú a tú".