el museo imaginario

Ada Parellada, en el "mundo aparte" del muelle de pescadores

La chef reivindica este espacio "auténtico" y "entrañable" de la Barceloneta que parece encaminado a la extinción

Ada Parellada, en el "mundo aparte" del muelle de pescadores

Ada Parellada, en el "mundo aparte" del muelle de pescadores

FERRAN IMEDIO

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La mayoría de quienes han pasado por estas páginas proponiendo  conservar algún objeto, algún lugar, algún local de Barcelona en nuestro museo imaginario esgrimen como razón principal que les gusta mucho. Pero la chef Ada Parellada le añade un plus: ha escogido el muelle de pescadores de la Barceloneta porque le encanta este "mundo aparte, muy auténtico, entrañable, que va un poco al revés del resto", pero sobre todo porque cree que está en peligro de extinción.

"¿Sabes que solo quedan 10 barcas de pesca en Barcelona? ¡Una ciudad de costa con más de 1,5 millones de habitantes que solo tiene 10 barcas!". El dato estremece. "No podemos permitir que se pierda mientras el puerto deportivo, con sus yates, crece porque tiene más interés económico", se lamenta.

La cocinera de <strong>Semproniana</strong>, que descubrió este rincón tan desconocido de la mano de su amiga escritora Ada Castells y desde entonces compra el género a un pescador local, se pasaría horas allí, viendo llegar las barcas, observando fascinada la subasta en la lonja, preguntando por qué una sepia se pone negra al tocarla, visitando el pabellón de aire decadente donde reparan las artes ("lo usaría de escenario de una peli de terror"), comiendo en El Racó del Mariner (trasladado temporalmente al puerto del Fòrum)...

Pese a que es un espacio de acceso restringido que no se puede visitar libremente, Parellada reinvindica este espacio muy convencida "como barcelonesa". "Pero también tengo la obligación moral de hacerlo como restauradora. Vivimos junto al mar. ¿Qué hay mejor que un producto km 0 como la sardina o la gamba, tan buena como la de Palamós? Deberíamos prestigiar la marca Barcelona como mar con buen pescado".