Zucchero: "Ahora hay muchos comunicadores pero pocos músicos verdaderos"

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Gonzalo Sánchez

Irreverente y "anárquico", el italiano Zucchero rechaza el "rock como un vino aguado" y alerta de que en la era de las redes sociales "hay muchos comunicadores pero pocos músicos verdaderos" y comprometidos socialmente.

Lo hizo hoy en una entrevista con Efe en Verona (norte), antes de saltar al escenario para seguir con una gira que le llevará por los cinco continentes y también por España, a Madrid el 25 de julio y a Sant Feliu de Guíxols (Girona) el 8 de agosto.

Adelmo Fornaciari (Reggio Emilia, 1955) recibe a Efe en su camerino de la Arena veronesa y, al tiempo que señala una tableta electrónica abandonada sobre un sofá, arremete contra los artistas obsesionados con las redes sociales.

"Últimamente hay muchos comunicadores y pocos músicos verdaderos. Es más importante para hacer un disco ser un gran comunicador. Si tú eres un cantante mediocre pero eres un gran comunicador puedes obtener muchos más resultados que un verdadero músico que no le importa una mierda comunicar", denunció.

Zucchero está presente en las grandes plataformas sociales como Twitter, Facebook o Youtube pero se niega "absolutamente" a exponer su vida. "Ni siquiera lo pienso", afirma entre sonoras carcajadas.

Cita, sin tapujos, el ejemplo de Laura Pausini, con millones de visitas en dichas redes, y asegura que "hay un motivo".

"Ella, antes de irse a la cama, dice a sus seguidores 'pienso en vosotros, os amo, gracias por existir'. Yo antes de dormir si tengo una mujer bella al lado, hago otras cosas. O me como unos espagueti o me bebo un vaso de vino", explica el rockero.

O apunta a los cantantes latinos, con millones de seguidores, muy por delante de, por ejemplo, el cantautor británico Peter Gabriel.

¿Por qué? Para Zucchero está muy claro: Gabriel "no piensa en cultivar, corromper, seducir y manipular a los fans".

Este prolífico autor, con 26 álbumes a sus espaldas, algunos tan aclamados como "Oro, incenso & birra" (1989), cree que el rock, al que ha dedicado su vida combinándolo con el blues o el soul, en su versión actual es "como el vino aguado", con poco mensaje social.

"El rock antaño era la música contra el poder y contra la política pero ahora por desgracia no es así. Es como un vino aguado", sostiene el autor de "Senza una donna" (1987) o "Baila morena" (2001).

Este relevo, el de denunciar los abusos y las injusticias del mundo, lo han recogido los raperos que, en su opinión, "tienen el coraje de decir cosas que deberían provenir del rock", pero a veces con canciones "repetitivas y basadas en clichés".

Todo pese a que el momento, a su juicio, es propicio para la denuncia social, con un mundo "preocupante", sin "elegancia política", con guerras y bancos "que se han hecho con el verdadero poder" y con una marea de populismos en el corazón de Europa.

Zucchero asegura que detesta lo "políticamente correcto", se define "anárquico" y en sus trabajos ha tratado de imprimir con frecuencia un fuerte cariz social.

Lo hizo con su amigo Bono, de U2, y con las cuerdas de Mark Knopfler en "Streets of Surrender" (2016), publicado tras los atentados de París de 2015 para decir "que no se debe combatir el odio con el odio porque así no se va a ninguna parte", explicó.

O en "Ey Lord" (2016), en la que, con su característico lirismo rasgado, denuncia el drama migratorio, el que viven miles de personas "sin nombre" que a menudo acaban sucumbiendo a su periplo.

"Nadie habla ya de esto. Por lo menos, los nombres grandes que quedan, ninguno habla de ello", señala.

En cualquier caso, a sus 61 años, el italiano tiene cuerda para rato y asegura que le gustaría seguir al pie del micrófono muchos años más, siempre y cuando no le falten "la energía y las ganas".

Zucchero afronta con ganas esta gira, que concluirá el 25 de septiembre también en Verona y en la que ofrece al público sus nuevos trabajos, incluidos en su último álbum, "Black Cat", pero también algunos de sus grandes éxitos.

Lo hace acompañado de su banda, diez músicos a los que le gusta imaginar como "un poco combatientes y partisanos" que dan el máximo sobre las tablas, todo "su fuego y toda su pasión".

Si no fuera de este modo, zanja, no le interesaría pues "todo es cuestión de pasión y adrenalina".