Yeniches en acción

Jean-Charles Hue combina la mirada documental y el 'thriller' en 'Clan salvaje'

Jean-Charles Hue.

Jean-Charles Hue.

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Tras la aquí inédita La BM du seigneur (2011), el francés Jean-Charles Hue prosigue en Clan salvaje su exploración de la etnia yeniche, un pueblo seminómada europeo, de cuyos orígenes poco se conoce. Hue tiene aparentes lazos lejanos con la familia Dorkel, y ha convivido con ella durante años, de lo que han resultado estas celebradas películas entre la mirada documental y los designios de la ficción.

En el caso de Clan salvaje, estreno de esta semana aquí, la parte de ficción remite hacia el thriller. Lo que empieza como retrato de la comunidad yeniche a través de la familia Dorkel -de nuevo encarnándose, básicamente, a sí misma- deviene ejercicio de tensión cuando una banda liderada por el imponente Fred (Frédéric Dorkel) se propone robar un cargamento de cobre.

«No buscaba ese aspecto de thriller de forma consciente», dice Hue. «Soy más naíf que eso. Simplemente, uní sin casi darme cuenta dos formas de hacer cine que me apasionan. Me gustan las películas antropológicas de Jean Rouch, del primer Pasolini… Y por otro lado también me entusiasma el thriller estadounidense de los 70, por ejemplo de Scorsese o Cimino».

'Road movie'

Esa segunda parte del filme es una road movie o película de carretera, género favorito de Jean-Charles Hue. El director tenía como referencia Apocalypse now (road movie, aunque no haya un solo coche): «En la película de Coppola, cuanto más cambia Willard más cambia la fotografía. Estamos más y más en un mundo de abstracción. Yo concebí esta película de la misma manera: empezamos de manera realista y, poco a poco, con los problemas que vienen, todo se transforma».

En esa tensa segunda parte, Hue quería capturar una experiencia que él mismo vivió junto a Fred. Así es: los cristales rotos, aquel maletero lleno de ojos de cristal, estar al filo de la muerte, todo eso es parte de la memoria del director. «En el mundo gitano hay algo de género policíaco. Al menos en la familia Dorkel».

Por momentos, Clan salvaje se diría una versión de cinéma vérité de Fast & furious, si algo así es imaginable. Para lograr el realismo, el director se apoyó mucho en la improvisación: «Cada escena tenía un principio y un final, y algunas palabras tenían que aparecer, pero el resto debía salir naturalmente».

Según Hue, Frédéric Dorkel merece un gran respeto como actor: «Con él puedo confiar en que la escena saldrá bien. Es muy intuitivo. Sabe cuando una escena necesita de un golpe de tensión, en clave de un pequeño detalle de humor, por ejemplo. Está siempre alerta y sabe siempre lo que la película necesita».