La gran familia del TNC

Veintidós espectáculos, un tema vertebrador y seminal como el de la familia para reunirlos, la responsabilidad de rescatar del olvido piezas de la cultura catalana y la plana mayor del star-system catalán -rama veteranos-, con nombres como Lluís Homar, Jordi Banacolocha, Francesc Orella, Mercè Arànega, Enric Majó, Rosa Renom, Lluís Marco, Victoria Pagès, Andreu Benito, Carles Canut y Carme Sans, son algunos de los ingredientes de la temporada 2014-2015, la segunda al mando de Xavier Albertí, que consolida las líneas de actuación apuntadas el pasado curso. A saber, el teatro popular fuera del canon -con plumas y lentejuelas, si es necesario-, adobar los montajes con coloquios, exposiciones y ciclos en la Filmoteca, establecer, en fin, un discurso -que puede gustar más o menos- 100% Albertí.

No ajenos a ello han sido la recuperación de espectadores cifrada en un 70%, 8% más que la última temporada de Belbel, pero lejos de los mejores tiempos pasados, y el mantenimiento de unos precios ya rebajados en un 25% en el 2013.

SALA GRAN

Una inauguración con zarzuelas olvidadas

Más de uno dará un respingo cuando el TNC abra sus puertas con zarzuela. Per començar sarsuela, del 2 al 6 de octubre, es una exhumación del hoy olvidadísimo patrimonio musical local que en sus buenos momentos llegó a contar con más de 1.000 zarzuelas en catalán. Albertí promete pagar una cena a quien sepa tararear algún tema antes del estreno.

El TNC envía a Madrid el Marivaux de Flotats, El joc del amor i del atzar, y del Centro Dramático Nacional llega (del 15 al 26 de octubre) Montenegro, adaptación de las Comedias bárbaras de Valle Inclán con un Ramón Barea (Premio Nacional 2013) en estado de gracia.

Tras un concierto muy especial, Vivencias (25 de noviembre), en el que Paco Ibáñez celebrará su 80º cumpleaños, llega un shakespeare. El somni d'una nit d'estiu está dirigido por Joan Ollé y tiene una larga lista de figuras: Joan Anguera, Mercé Aránega, Enric Majó, Lluís Marco, Victòria Pagès y Oriol Tramvia.

Sin duda, una de los montajes más esperados es L'art de la comèdia (12 de febrero al 12 de abril), obra mayor de Eduardo de Filippo, en la que el gran creador del teatro popular italiano se pregunta para qué sirve el teatro. Dirige Lluís Homar, también intérprete junto a Andreu Benito, Joan Carreras y Lluís Villanueva. Y como complemento, Del Paral·lel a Nàpols (3 de marzo), el concierto de Elva Lutza y Ester Formosa, quien para la ocasión ha rescatado a su culpletista La Canyí.

L'hort de les Oliveres es un encargo al poeta Narcís Comadira, una especie de trasposición chejoviana a Catalunya con perfume de Hamlet y la liturgia de semana santa. Dirige Albertí -exigencia de Comadira-.

SALA PETITA

Rigola hará su lectura de 'Incerta glòria'

La Sala Petita abre sus puertas con una obra de solvencia probada. Liceistes i cruzados, de Pitarra, tuvo muy buena recepción en la Sala Tallers la pasada temporada y ahora regresa (9 de octubre a 9 de noviembre) para recordar una de las grandes controversias teatrales de finales del XIX en Barcelona.

El último dietario de Feliu Formosa ha inspirado Sala de miralls (28 a 30 de noviembre), montaje dirigido por Albert Arribas con dramaturgia de Esteve Miralles, que sigue la pérdida y la reconstrucción de su familia.

No feu bromes amb l'amor, el clásico francés de Albert de Musset, llegará (5 de febrero a 22 de marzo) en dirección de Natalia Menéndez, responsable del festival de Almagro, y la traducción del recordado Jaume Melendres.

Antes que la novela de éxito que conocemos, Purga (10 abril a 3 de mayo) de la finlandesa Sofi Oksanen fue pieza teatral. Ramon Simó la ha recuperado para la ocasión. Y otra novela, clásico catalán del siglo XX, Incerta glòria de Joan Sales vendrá adaptada por Àlex Rigola, siempre con su personal sello. Cierra temporada (2 a 19 de julio) El carrer Franklin, de Lluïsa Cunillé, con el tema de los desahucios como trasfondo.

SALA TALLERS

Cesc Gelabert juega al fútbol en solitario

Carme Portacelli dirige El President (5 de noviembre a 28 de diciembre), de la que su autor, el irreductible Thomas Bernhard, reconoció así su dificultad: «Es así para que ningún mediocre se acerque a mi teatro». A Francesc Orella y Rosa Renom no se les caen los anillos por enfrentarse al reto.

La danza tiene su representación en Foot-ball (22 de enero al 1 de febrero), del veterano Cesc Gelabert que se vale del lenguaje corporal del deporte rey para componer su espectáculo.

La ITNC, la compañía joven del centro, presenta una versión dinámica y vitaminada de Tirant Lo Blanc (18 de febrero a 29 de marzo), en dirección de Pere Planella, que se complementa con En Tirant Lo Blanc a Grècia (10 de marzo), exhumación de una ópera bufa de Joan Altisent con libreto de Joan Sales.

La Sala Tallers también albergará la sección Epicentro, esta vez al rescate del teatro catalán del primer franquismo, con la recuperación de Mots de Ritual per a Electra, de Palau i Fabre, y La nostra mort de cada dia, de Manuel de Pedrolo.