ENTREVISTA

Apichatpong Weerasethakul: "Mi país, Tailandia, se hunde, y la gente mientras tanto duerme"

El cineasta tailandés estrena 'Cemetery of Splendour', donde usa el mundo del sueño como asunto narrativo y escenario

Apichatpong Weerasethakul

Apichatpong Weerasethakul / periodico

NANDO SALVÀ

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Dado que contemplar una película de Apichatpong Weerasethakul es como experimentar un sueño, tiene sentido que su nuevo filme use el mundo del sueño como asunto narrativo y escenario. Primer largometraje del tailandés desde que ganó la Palma de Oro en Cannes gracias a 'Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas' (2010) y se confirmó como uno de los grandes ídolos de la cinefilia mundial, 'Cemetery of Splendour'Cemetery of Splendour penetra en un hospital en el que unos soldados convalecen a causa de una enfermedad misteriosa que los mantiene suspendidos entre la narcolepsia, la hipnosis y el coma.

¿Qué le interesa de la idea de dormir y soñar? Para mí, dormir es una forma de escapar de esta realidad y encontrar otra, y eso para los tailandeses es vital. También es un reflejo de nuestra pasividad frente al poder. Y también asocio dormir a envejecer. A medida que me hago mayor, paso más tiempo durmiendo. Mi novio me lo reprocha todo el rato. Supongo que es por eso que mis películas se nutren de mis sueños.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"Todo aquel que hable de pol\u00edtica, o religi\u00f3n, o la monarqu\u00eda, o el sexo, o que sea homosexual como yo, corre el riesgo de que lo encarcelen. Tengo miedo\""}}¿Diría que nuestro modo de soñar está influenciado por las películas que vemos? Sin duda, como también influencian el modo en que configuramos nuestros recuerdos. Yo diría más: las películas son como sueños. Cuando me documenté para la película, descubrí que cuando dormimos atravesamos varios ciclos de sueño, y que cada uno de ellos dura aproximadamente hora y media. Tal vez por eso la duración media de una película es también esa.

Pese a centrarse en lo onírico, es su película más mundana, ¿por qué? Es que mis sueños son muy simples. En las películas los sueños son muy locos, como las pinturas de Dalí, pero en realidad son más bien ordinarios. En todo caso rodé algunas escenas muy fantásticas, llenas de monstruos. Pero luego no las incluí. Quise dejarme de experimentaciones y poner más énfasis en las emociones. Eso, claro, enfadó a mis productores. Ellos querían monstruos. 

En todo caso, su cine nunca pierde de vista lo sobrenatural. No, soy tailandés y se nota. En mi país el 90% de la gente cree en los fantasmas, en el mundo de los espíritus o en lo que sea. Personalmente no creo que sea productivo. En un país que se va a pique política y económicamente deberíamos recurrir más a la lógica y la razón y menos a la fe. Personalmente, esa espiritualidad ciega me parece un sinsentido, un chiste, pero por otro lado si te enfrentas a la realidad todo el tiempo te vuelves loco. Y, en todo caso, lo sobrenatural siempre me ha interesado, desde que de niño empecé a ver cine de ciencia ficción y a desarrollar mi imaginación.

Otro elemento esencial de sus películas son la enfermedad y los hospitales. ¿De dónde proviene ese interés? Muy simple: mis padres eran doctores y yo crecí en un hospital. Era como un patio de recreo para mí. Pasaba el día corriendo por los pa

Y su fascinación por el ejército y los soldados, también recurrentes en su cine, ¿en qué se basa? El impacto del ejército en la cultura, la historia y la política tailandesa es enorme. Mi país ha sufrido muchos golpes de estado, el último hace solo dos años. Y cada vez que sucede mucha gente muere. En Tailandia los soldados están por todos lados, tenemos más oficiales de alto rango que Estados Unidos. Y, cuando era un chaval, yo mismo recibí entrenamiento militar con fusiles y granadas, todo muy violento.sillos, o jugando con el microscopio de mi madre. Me encantaba esa atmósfera tan aséptica y tan calma. El tiempo pasa más despacio en los hospitales. Sin duda esas experiencias han determinado mi sensibilidad. 

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"En Tailandia, el ej\u00e9rcito est\u00e1 humillando al pa\u00eds en nombre de la seguridad nacional. Es terrible\""}}¿Cómo le afectó esa experiencia? Me traumatizó bastante. Y configuró la opinión que tengo de la institución militar, llena de rabia y de tristeza. Por otra parte, siento una atracción muy poderosa por el uniforme, atracción sexual pura y dura. La erótica del poder, la llaman. Pero en todo caso el ejército está humillando al país en nombre de la seguridad nacional. Es terrible. 

Es irónico que, considerando el poder que los soldados tienen en su país, en la película los muestre durmiendo. Me inspiré en esa escena de 'Alien' (1979) en la que vemos a toda la tripulación del Nostromo hibernando. Así es, como digo, mi sentimiento acerca de Tailandia: el país se hunde en la oscuridad y mientras tanto la gente duerme. Preferimos cerrar los ojos y no ver el futuro hasta que enfrentarse a él sea inevitable.

Hacer películas en ese contexto no debe de ser agradable. No lo es, y por eso decidí que 'Cemetery of Splendour' sería mi última película rodada en Tailandia. Todo aquel que hable de política, o religión, o la monarquía, o el sexo, o que sea homosexual como yo, corre el riesgo de que lo encarcelen, y que le congelen la cuenta bancaria. Cuando un artista no puede hablar de lo que quiere, ¿puede considerarse un artista? Tengo miedo. 

¿No logró gozar de más libertad artística tras ganar la Palma de Oro? No. En Tailandia el cine no le importa a nadie. Allí, si eres un boxeador y ganas un combate de repente te dan todos los lujos y te convierten en un Dios. Pero a los directores nos desprecian, o peor aún. Cada vez que doy una entrevista recibo insultos y amenazas de muerte. Y quienes me amenazan, lo compruebo en sus redes sociales, son personas que luego van al templo y rezan y llevan vidas decentes. Eso me fascina, aunque también me pone enfermo.