Walter Salles: "Sin Jack Kerouac no existiría Bob Dylan"
"La juventud debe regirse por el deseo de alterar las cosas y no vivir como nuestros padres vivieron"
Como probablemente usted ya sabe,'En el camino'es la crónica de los encuentros que a finales de los 40 elescritor Jack Kerouactuvo con autores comoAllen GinsbergoWilliam Burroughsy sobre todo con el magnéticoNeal Cassady, y de los viajes que llevaron a cabo a través deEstados Unidosbuscando respuestas a las grandes preguntas. En otras palabras, elmanifiesto literariode lageneración beat, del que desde ahora, por fin, existe también una versión cinematográfica. EL PERIÓDICO ha podido hablar con eldirector de 'On the road'('En el camino'), el brasileñoWalter Salles(Río de Janeiro, 1956), autor de'Estación Central de Brasil'(1998) y'Diarios de motocicleta'(2004).
--¿Cuándo entró en contacto por primera vez con el libro de Kerouac?
¿Lo leí a los 18 años, en 1974, en plena dictadura militar brasileña. Era una copia clandestina, porque el libro estaba censurado, como casi todo. Me sentí fascinado por esos personajes que buscaban la libertad y eran capaces de redefinir su futuro, y para quienes el movimiento era una forma de entender quién eras pero también para traspasar los límites que se te habían impuesto. Eso a nosotros no nos estaba permitido porque las carreteras estaban literalmente cerradas, se nos negaba el futuro. Me fascinaron también su narrativa influenciada por el jazz, su culto a la improvisación y la espontaneidad y su demostración de que el sexo y las drogas pueden ser una forma de amplificar tu entendimiento del mundo.
--¿Cree usted que el mensaje del libro sigue siendo relevante hoy?
--Más que nunca. La posguerra americana suele retratarse como una época dorada, pero también fue la era del 'mccarthismo', y del inicio de la guerra fría y conflictos políticos y sociales entre Estados Unidos y otros países del mundo. Frente a eso, el libro de Kerouac supuso un intento de redefinir la familia y las relaciones interpersonales y abrirse a la cultura afroamericana y el jazz. Su influencia se dejó sentir luego en las pinturas de Pollock, en el nuevo periodismo o en el Actor¿s Studio. Sin Kerouac y sus coetáneos no existiría Bob Dylan, ni Leonard Cohen, ni Neil Young. Y actualmente nos hallamos en un momento de cambio muy importante, como han reflejado la primavera árabe o movimientos como los indignados o el Ocuppy Movement. La juventud debe regirse por el deseo de alterar las cosas y no vivir como nuestros padres vivieron. De construir un nuevo futuro.
>>Lea la entrevista completa con eldirector de cine brasileño Walter Salles en e-Periódico.
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