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Vuelan alto

Con la punzada en el corazón por la desaparición de la grandísima Chavela Vargas, Sabina y Serrat suben esta noche al escenario del Festival de la Porta Ferrada, donde, sin duda, brindarán por la chamana que conmovió casi más al público español que al mexicano. El pulso entre los dos cantantes se celebró en el inicio de la gira por España

Sabina y Serrat, en un hotel de Zaragoza, tras iniciar la gira en España y que ahora recala en Catalunya.

Sabina y Serrat, en un hotel de Zaragoza, tras iniciar la gira en España y que ahora recala en Catalunya.

NÚRIA MARTORELL / Zaragoza

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Tras el flechazo del 2007, el reencuentro de Serrat y Sabina para otra maratoniana gira, la deDos pájaros contraatacan, propicia una entrevista con temas digamos que más íntimos. Esta noche actuarán en el Festival Porta Ferrada (Sant Feliu de Guíxols), el día 14 en el ETC de Tarragona y en septiembre, otro doblete en el Palau Sant Jordi de Barcelona (13 y 14).

­—¿Están juntos por la pasta, se quieren, hay sexo oculto entre ustedes?

SEmDJoaquín Sabina: No es tan oculto, me toca el culo en el escenario, pero la cosa es que en mi pueblo está mal visto.

­—¿Y no les cansa tanto trajín?

—J. S.: Por él tocaríamos cada día. pero por mí... Entre otras cosas por el estado calamitoso de esta voz de oro que dios me ha dado. Nunca miro la agenda; no sé si canto en Alicante o Tarragona. Pero él sabe donde actuamos en noviembre y en qué restaurante comeremos.

—Joan Manuel Serrat: Para mí viajar no es una carga, es un premio. Y no me refiero tanto a viajar para cantar, sino por los lugares que visitamos, el recorrido para llegar hasta ellos. Es fantástico recuperar sensaciones, amigos, paisajes, sabores… Y luego encima tenemos un rato para subir al escenario, reírnos… Está todo bastante complementado. Y si hay tiempo para dormir, ya es la hostia. Me gusta la frase de Gamero: «Como fuera de casa de uno, en ningún sitio» [risas].

—¿Cuál de los dos es más pájaro?

—J. M. S.: Un pájaro es un tipo astuto, habilidoso, simpático, que no se arrastra y que se mueve por las alturas. Ser pájaro tiene unas connotaciones muy hermosas.

—J. S.: A mí se me ve más la pluma...

—J. M. S.: Volar es algo que el hombre siempre ha querido y nosotros nos lo hemos concedido. Ahora, ¿qué tipo de pájaro somos? Eso ya es más difícil.

—J. S.: Yo me pido colibrí, que suena muy cursi.

—J. M. S: Pues yo la urraca, que es muy bella y tiene mal prestigio. Es recolectora de todo lo que brilla, ya sea oro o una canica.

La siempre activa comunidad de fans de Serrat envía también sus preguntas. La primera procede de admiradoras de Argentina y Chile, y la firman conjuntamente Alejandra Alías, Verena Sánchez y Liliana Mouzo.

—¿Qué sentimientos les provoca ver lo que siembran entre los admiradores?

—J. S.: Prescindiendo de la palabra admiradores, prefiero la de cómplices, si hay algún buen sabor de boca en medio de tanta desolación es el poder mágico de pasar el mar y crecer en otros lugares. Algo de lo que estamos agradecidos a los dioses paganos.

—J. M. S.: Nos provoca satisfacción porque es algo que hacemos en principio como placer personal. No escribimos cosas que no nos interesan para que les puedan interesar a otros, pero cuando esto se cumple la satisfacción y orgullo de sentirse querido es muy grande. Y siempre hay un punto de responsabilidad cuando piensas que a lo mejor la gente no separa bien lo que tú haces de lo que tú eres.

—J. S.: Por eso yo me pongo el bombín. Así diferencio el uno del otro.

—Un cantautor, ¿está siempre de guardia «por si las musas»? —J. M. S.: Le doy la vuelta a la pregunta, por si las musas uno está en la vida. Y estando en la vida a veces ocurren cosas que crees que puedes desarrollar y que apuntas, desconfiando de la frágil y traicionera memoria. Aunque no vas siempre con un papel, claro. Además, al final acabas escribiendo algo que no has visto y ha ido evolucionando.

—J. S.: Esto es interesante porque da pie a que uno haga una canción sobre una chica que has visto en la ventanilla de un coche solo un segundo y decirle a otra que en realidad se la has hecho a ella... se ponen muy contentas.

—En la carátula del disco y en los carteles de la gira el Titanic aparece con tres chimeneas en lugar de cuatro, que son las que tenía el original, aunque una de ellas no funcionaba…

—J. S.: Dile que es listísima. Creíamos que nadie se iba a dar cuenta. Al principio el Titanic tenía tres chimeneas pero como apareció otro barco con una chimenea más los responsables hicieron construir otra, pero que era de pega, para tener las mismas.