ESTRENOS DE LA SEMANA

'Vientos de La Habana', cine negro con acento caribeño

Félix Viscarret lleva a la pantalla a Mario Conde, el detective creado por Leonardo Padura. El escritor cubano, premio Princesa de Asturias 2015, ha ejercido de coguionista de la película

Juana Acosta y Jorge Perugorría, en un fotograma de 'Vientos de la Habana'.

Juana Acosta y Jorge Perugorría, en un fotograma de 'Vientos de la Habana'. / periodico

OLGA PEREDA / MADRID

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A medio camino entre el cine negro y el reflejo veraz de la realidad de Cuba se sitúa la nueva película de Félix Viscarret, 'Vientos de La Habana', en la que el director navarro se ha atrevido a llevar a la gran pantalla a toda una institución de la literatura cubana: Leonardo Padura. Mario Conde, el mítico detective culto e inteligente creado por el premio Princesa de Asturias 2015, es ahora el protagonista de una película -desde el viernes en los cines tras su paso por el festival de San Sebastián- en la que tendrá que averiguar quién ha asesinado a una profesora de instituto.

El propio Padrura ha ejercido de coguionista del filme, basado en la novela 'Vientos de cuaresma'. "Nos hemos mantenido fieles al espíritu de los textos. Aunque se conservan algunas partes, ha sido necesario un proceso de reelaboración para pasar de un lenguaje a otro", afirma el escritor. "El proceso de adaptación fue muy divertido. Me sorprendía cómo Padura, a pesar de haber parido las novelas, siempre estaba dispuesto a enfrentarse de nuevo a su material, como un niño que juega y disfruta", añade Viscarret ('Bajo las estrellas').

UNA RELACIÓN DE FUEGO

El cubano Jorge Perugorría ('Fresa y Chocolate') da vida al atípico investigador habanero, el personaje "más importante de la literatura cubana contemporánea".  Conde, además de investigar el asesinato de la maestra, comienza una intensa relación con Karina, una ingeniera aficionada al jazz interpretada por una transformada Juana Acosta, actriz colombiana que tuvo que recibir en tiempo récord clases de saxofón además de dominar el acento cubano. A ambos personajes les une una cierta insatisfacción personal. Al detective le hubiera gustado ser escritor mientras que la ingeniera hubiera dado cualquier cosa por dedicarse a su verdadera pasión: la música. Karina es una mujer aparentemente salida de la nada y que siempre parece ocultar algo. "Ambos personajes están unidos por esas vocaciones frustradas. Pero después está el encuentro físico, que es puro fuego", relata el director tras hacer hincapié en que Conde es poco ortodoxo como policía. Bebedor de ron, enamoradizo, nostálgico, desencantado y convencido de que la amistad es algo sagrado.

Noches de sudor y ron. Callejones oscuros y bandas de música que tocan en tugurios inundan una película en la que, al principio, nada es lo que parece. "La Habana nos hechiza, como una fruta prohibida con su cara más oculta, voluptuosa y sexual", subraya Viscarret, a quien le gusta  enmarcar su nuevo trabajo en el género "Habana 'noir'".