ADIÓS A UN GRANDE DEL CINE ESPAÑOL

Vicente Aranda, director de las pasiones y turbulencias amorosas

Vicente Aranda, junto a Victoria Abril, su actriz fetiche, en la presentación en Madrid de 'Tirant lo blanc', en el 2006.

Vicente Aranda, junto a Victoria Abril, su actriz fetiche, en la presentación en Madrid de 'Tirant lo blanc', en el 2006. / periodico

QUIM CASAS

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Fallecido este martes en Madrid, según ha comunicado vía Twitter la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Vicente Aranda capitalizó durante no menos de cuatro décadas el máximo interés de un cine español forjado en tiempos de dictadura, beligerante, incisivo, centrado casi siempre en disquisiciones y pulsiones sexuales, fiel retrato de su época a la par que capaz de generar un particular e inimitable imaginario.

Aranda ha fallecido a los 88 años de edad. Su última película data del 2009, 'Luna caliente', sobre un maduro exiliado político que regresa a España en otoño de 1970, coincidiendo con el 'proceso de Burgos', y mantiene una relación amorosa con la joven hija de un miembro de la resistencia antifranquista. Esta fue una de las ecuaciones fundamentales en el cine de Aranda, el sexo y la realidad social y política; el arrebato carnal y los residuos del franquismo.

Nacido en Barcelona en 1926, no es de extrañar que conectará con la prosa de Juan Marsé, nacido en la misma ciudad siete años después, y le adaptará en diversas ocasiones para retratar la Barcelona de posguerra, los aventis y el refugio de la mísera realidad en las salas de cine; la realidad que Marsé vivió de niño y Aranda ya de adolescente.

Pero antes de entrar en contacto con la literatura de Marsé, Aranda rodó sus primeras películas en plena efervescencia de la denominada Escuela de Barcelona, de la que formó parte de manera esquinada. Debutó con 'Brillante porvenir' (1964), codirigida con Román Gubern. Su película más conectada con el trazo experimental de la Escuela de Barcelona fue 'Fata Morgana' (1965), protagonizada por la musa del movimiento, Teresa Gimpera. Después emprendió muy curiosas lecturas del género de intriga y fantástico con 'Las crueles' (1968) y 'La novia ensangrentada' (1972).

TRATAMIENTO DEL SEXO

Puede que haya un antes y un después en la obra de Aranda y en el tratamiento del sexo en el cine español a partir de 'Cambio de sexo' (1976), una de sus películas más reconocidas, en la que Victoria Abril interpretó a un joven que se siente mujer y ya no puede asumir más su cuerpo-mortaja masculino. Abril sería la protagonista de la primera película de Aranda a partir de una novela de Marsé, 'La muchacha de las bragas de oro' (1979), a la que seguirían tres adaptaciones más: 'Si te dicen que caí' (1989) –también con Abril, su actriz fetiche–, 'El amante bilingüe' (1992) y 'Canciones de amor en Lolita's Club' (2007).

Aranda trabajó esencialmente sobre bases literarias, pero cada uno de los libros que elegía para adaptar formaba parte coherentemente de la visión que del mundo y las relaciones humanas, marcadas tantas veces por la pasión y los celos, tenía el director. Adaptó también a autores tan distintos como Vázquez Montalbán en 'Asesinato en el Comité Central' (1982), Andreu Martín en 'Fanny Pelopaja' (1984), Luis Martín Santos en 'Tiempo de silencio' (1986), Antonio Gala en 'La pasión turca' (1994), Fernando Delgado en 'La mirada del otro' (1997) y Prosper Merimée en 'Carmen' (2003).

Su díptico sobre el famoso delincuente Eleuterio Sánchez, 'El Lute. Camina o revienta' (1987) y 'El Lute II. Mañana seré libre' (1988), conforman un interesante retrato de la España de los años 60 y 70. Con 'Amantes' (1991) –uno de sus mayores éxitos comerciales, además de Goya al mejor filme y dirección– y 'Celos' (1999), Aranda llevó a la máxima expresión las historias de pasiones autodestructivas. Hizo también cine histórico con 'Juana la Loca' (2001), otra historia de locuras amorosas y celos, y la polémica versión de 'Tirant lo Blanc' (2006), y buceó en los tiempos de la guerra civil española con 'Libertarias' (1996), película basada en una idea del crítico cinematográfico José Luis Guarner, gran amigo del director, sobre un grupo de milicianas anarquistas en plena contienda.