EL LEGADO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

El viaje de Gabo a EEUU

La familia vende al centro Harry Ramson de la Universidad de Tejas el archivo del 'nobel'

Material 8 El 'nobel' con su mujer, en una foto del archivo vendido.

Material 8 El 'nobel' con su mujer, en una foto del archivo vendido.

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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El centro Harry Ramson de la Universidad de Tejas en Austin (EEUU), con su museo y su biblioteca, es un paraíso para académicos, investigadores y amantes de la literatura. Ahí conviven, a través de sus archivos, Jorge Luis Borges y James Joyce, Ernest Heminghway y Samuel Beckett... Semejante fiesta literaria acaba de hacerse aún más exclusiva después de que ayer el centro anunciara la adquisición del archivo de Gabriel García Márquez.

El nobel colombiano emprende así viaje a Estados Unidos, el país que durante décadas le negó la entrada por razones políticas e ideológicas con un veto que acabó por decisión de su amigo Bill Clinton a mediados de los 90. Y la paradoja no se le escapa a Steve Enniss, director del Harry Ransom, que fue quien en julio viajó a México para estudiar la colección que había ofrecido al centro la familia de Gabo. «Pese a su relación a veces de distanciamiento con EEUU, este es un país muy diverso y muy grande y también aquí tenía muchos lectores que lo adoraban -explicó ayer Enniss en una entrevista telefónica-. Ahora estamos encantados de servir a su legado desde aquí». 

Ni Enniss ni la familia revelarán los datos económicos de la transacción y prefieren centrarse en hablar de los planes de futuro, que se concentran en la digitalización parcial de la colección, tras lo que se celebrará un simposio, probablemente en otoño del año que viene.

«Pillado en calzoncillos»

El archivo no dará todas las respuestas sobre un autor perfeccionista que se resistió a explicar en exceso su proceso creativo y que una vez comparó esa indagación externa a «ser pillado en calzoncillos». Será, no obstante, puerta abierta a parte de ese proceso y Ennis precisamente apunta a que si hay que pensar en una joya de la corona esta serán los manuscritos de 10 de sus trabajos. «Muchos contienen correcciones manuscritas que permitirán comprender mejor cómo componía sus grandes obras».Además, el legado lo forman otros materiales como los borradores del discurso que preparó para recoger el Nobel, más de 40 álbumes de fotos, máquinas de escribir y 2.000 cartas, correspondencia que Ennis cree que se estudiará «en detalle en los próximos años y mostrará la gran comunidad política y literaria con la que estaba relacionado».

Pero si para el director del centro hay un texto favorito, es el borrador de En agosto nos vemos, la novela inédita en la que García Márquez trabajó en los últimos años y que su familia aún no ha decidido si publicará. La razón para Ennis es sencilla: «Siempre queremos más».