Veteranos con marcha

Fans de entre 30 y 60 años esperaban revivir nuevas experiencias junto a su banda

Colas. Los fans de U2, esperando la apertura de puertas en la explanada frente al Palau Sant Jordi.

Colas. Los fans de U2, esperando la apertura de puertas en la explanada frente al Palau Sant Jordi.

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Ni un quinceañero. Gente entre la treintena y la sesentena dominaban los primeros puestos en la cola para ver el primer de los cuatro conciertos de U2 en el Palau Sant Jordi. Sin nervios, ni entonar canciones de su grupo preferido como suele pasar con los fans teenagers, los adeptos a la veterana banda irlandesa, venidos de diferentes latitudes. En la cola, esperando la apertura de puertas prevista a las 18.30 horas, muchos disfrutaban del sol y la agradable brisa que soplaba mientras oían las famosas guitarras de Where the streets have no name y de otros clásicos de la banda que salían del pabellón durante las pruebas de sonido.

«Con la edad disfrutas de los conciertos igual pero distinto», explica Miguel, de 41 años, un gestor de patrimonios dispuesto a entregarse a tope desde primera fila. «Antes saltaba y gritaba más. Ahora me he vuelto más crítico con el sonido», añade. Ha venido desde Madrid con un grupo de amigos . Entre ellos figura Ana, informática de 48 años que ya presenció el inicio de la presente gira en Nueva York. Es una experta en el grupo, al que ha visto en una quincena de ocasiones. Les ha seguido hasta Dublín (Irlanda) y Honolulu (Hawai), entre otros. «En cada concierto cambian tres o cuatro canciones. Si hoy terminan con Bad y 40 me iré sobrada», dice en referencia a dos temas muy antiguos del disco The unforgettable fire (1984) y de War (1983), respectivamente.

Pol, un cocinero catalán de 27 años que asistirá a los cuatro conciertos barceloneses, ha sido el fan más madrugador. Llegó el sábado a Montjuïc y tiene el número 1 de la cola. «Me gusta estar en el meollo porque disfruto más viviendo las actuaciones con gente tan loca como yo por U2», explica. «A este grupo lo he escuchado toda mi vida porque mis padres son fans», añade. Junto a él hay unos rusos de Moscú. Ya han visto al grupo en Berlín, pero no han tenido bastante y repiten. «Su show es increíble», cuenta Alexey, ingeniero, 32 años. Entre los más veteranos de la cola está Patrick, de Belfort (Francia). A sus 55 años nunca ha coleccionado conciertos de U2, solo discos que han marcado la banda sonora de su vida. «U2 ha ido a mejor con el tiempo. Son como un buen vino, han madurado bien. Antes su música estaba más politizada, ahora es más universal».

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