CRÓNICA. El dúo Royal Blood exhibió éxitos el martes en Apolo

Unos nuevos ídolos del rock británico

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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Royal Blood, el equipo rock formado por Mike Kerr y Ben Thatcher, es una de las nuevas niñas de los ojos de la prensa musical británica. También el público se ha rendido a ellos: su debut homónimo ha sido flamante número uno en Reino Unido e Irlanda, y volado alto en otros países. Las entradas para su directo del martes en Apolo estaban agotadas.

¿Qué tienen Royal Blood para armar este revuelo? Desde luego, si algo no puede negarse, es que para ser dos hacen bastante ruido (aunque no tanto como los nihilistas teloneros Bad Breeding). En directo, sus canciones entre el rock de garaje, el hard rock y las bases rap suenan rotundas, pero el problema es que las partituras en sí resultan algo genéricas. Hablamos de dos músicos técnicamente perfectos, y de un guitarra con ojo para el riff infeccioso. Solo les falta dar con rimas estribillos inapelables. Lo mejor del concierto fue, quizás, la orgía eléctrica final con Out of the black, en la que el cantante/guitarrista Kerr adoptó pose de mesías.