CRÓNICA

Una idea de Abba

Björn Again celebró los 'hits' del grupo en Razzmatazz

Björn Again, el pasado jueves, en Razzmatazz, ofreciendo su 'revival' de Abba.

Björn Again, el pasado jueves, en Razzmatazz, ofreciendo su 'revival' de Abba.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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El revival de Abba apunta maneras de fenómeno estable con carácter crónico, si bien no parece que el público se amplíe en las franjas más jóvenes: el jueves, en Razzmatazz, los menores de 35 se podían contar, como quien dice, con los dedos de una mano, y abundó la clientela cincuentañera. No debe extrañar, puesto que, si bien la película Mamma mia refrescó la percepción de Abba, la era dorada del grupo se remonta a cerca de cuatro décadas atrás.

El boca-oreja que, en los 90, propagó la reputación de Björn Again como tribute band hilarante también queda lejos. Pero el invento de Rod Stephen colea y asegura una sesión de canciones que cualquiera puede conocer condimentada con gags paródicos y licencias que retocan la identidad original de Abba. Coreografías que Agnetha y Frida no practicaron nunca en su día, guitarras más estridentes y quimonos, los de ellas, mucho más cortos. Y ocurrencias como inyectar un fragmento de Message in a bottle, de The Police, en SOS, o rematar Take a chance on me con un brote rapero a cargo del teclista y clon de Benny Anderson.

La idea que te viene a la cabeza viendo un show de Björn Again es que Abba fue un grupo prodigioso porque ninguno de sus hits se parecía, porque nunca se acomodaron en una fórmula de éxito. Sus primeros logros, como Ring ring Waterloo (la vencedora de Eurovisión-74, que abrió el concierto), responden a moldes compositivos muy distintos de Fernando, Voulez-vous, Lay down your love on me o Money, money, money. Todos sonaron en Razzmatazz en una actuación que acudió al greatest hits puro y duro. Porque más que revivir a Abba, Björn Again celebra una idea de Abba, la más expansiva, efervescente, kitsch, que representa solo una parte de su obra. Lo hace con gracia y aportando gestos que dan al grupo una identidad que muy poco ha variado en las dos últimas décadas. Seguramente, el margen de manobra tampoco es muy holgado.

RUEDA DE 'HITS' / En Razzmatazz, la supuesta Agnetha brilló más que la hipotética Frida, y se puso al frente de un repertorio ganador en el que todas las canciones eran hits, y no hubo bises porque todo el concierto fue como un largo bis. Reservaron, sí, para el final, Mamma mia, la rockera Does your mother know?, esa cima del disco-pop de los 70 que es Dancing queen, y un The winner takes it all tristemente interrumpido para dar paso a Thank you for the music. Björn Again tiene cuerda para rato porque Abba fue un grupo excepcional.