EN LA DIANA

Trump, una mina de oro para el humor gráfico

El presidente de EEUU "es una caricatura de sí mismo," coinciden dibujantes como Ferreres, Vizcarra y Manel Fontdevila

Chiste sobre Trump en 'Orgullo y Satisfacción', de Manel Fontdevila.

Chiste sobre Trump en 'Orgullo y Satisfacción', de Manel Fontdevila. / periodico

ANNA ABELLA

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Manel Fontdevila, Vizcarra, Miquel Ferreres, Pablo Ríos y Antonio Guzmán, ninguno de ellos lo duda ni un segundo: Donald Trump tiene todo lo que un humorista gráfico pueda desear. Todos han topado con un filón para sus pinceles en la figura del nuevo presidente de Estados Unidos. “Es una mina de oro para un dibujante”, “Es de aquellos personajes que llamamos agradecidos”, “Todo él es en sí mismo una caricatura”... comentan unánimemente.  

“Te das cuenta de que no hace falta caricaturizarlo porque haces un retrato de la realidad y todo él es una caricatura. Pero nos lo pone muy fácil”, admite Vizcarra (Montblanc, 1967), que ya ha trazado un par de retratos del líder republicano para 'Interviú', uno cual Pato Donald sobre el globo terráqueo y otro con un maletín rebosante de dólares. “Todo en él parece de mentira, su imagen física no parece real, desde el peinado a las muecas de la cara y ese bronceado permanente tan raro... es un Es un poco Benny Hill, gordote y con esa pinta de perseguir a las mujeres. Cuando sale acabamos riéndonos de su aspecto, pero en realidad no sabes si tomártelo en serio o en broma porque las animaladas que dice dan mucho miedo”.  

EL MIEDO

Lo corrobora Manel Fontdevila (Manresa, 1965), que ya le ha dedicado a Trump varios chistes gráficos, algunos en la revista satírica digital 'Orgullo y Satisfacción' de este mes. “Ahora nos reímos de él y lo estamos ridiculizando por su físico peculiar y su estridencia pero tiene un poder muy grande y debemos ir con cuidado de no reírle las gracias -advierte-. Tenemos la responsabilidad de hacer un retrato exacto de lo que representa y pensar en lo que hace falta denunciar, caricaturizando más la actitud que su aspecto físico. Un día tendremos que ponernos serios porque está dando pistas de que hará realidad todo lo que prometió en campaña. Debemos prevenirnos ante los 'trumps' que pueden venir detrás”.

Es “goloso” dibujarlo, añade el creador de la Parejita. Pero “él como es un 'showman' y un provocador que resulta cómico es más complicado hacer la caricatura de su propia caricatura. Es más fácil dibujar a alguien que se cree serio y demostrar que es patético”. 

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Con Fontdevila coincide el maestro de la caricatura Miquel Ferreres (Barcelona, 1950), que ya ha ironizado sobre Trump en varios chistes de EL PERIÓDICO. “Lo que lo hace extremo es el cargo que ostenta -opina-. Es un personaje inédito y parece fácil de dibujar pero es tan extremado y estereotipado, de tal exageración, que parece que tú no tienes nada que hacer”.     

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“Es como un personaje de teleserie barata, un ídolo televisivo como una mezcla de Gil y Gil y Ruiz Mateos, un 'chulo piscinas' y un matón de rostro malhumorado. No es un hombre distinguido pero hay mucha gente asustada con él”, opina. A Ferreres le llama la atención lo que está a la vista de todos: “Esa corbata más larga de lo conveniente; esa chaqueta o ese abrigo siempre sin abrochar, quizá para hacer creer que es más macho que nadie y que no tiene frío...; ese pelo inenarrable que parece de rockero de barrio de hace 50 años...”. Pero al dibujarlo, más que en la cara se fija “en el posado, en su hechura, en cómo camina, cómo pone la cabeza”. Porque su cara, dice, es muy “anodina” a pesar de “esa piel blanco-rosada que tú ves de ese color zanahoria que no sabes si es maquillaje o qué es”.

Tampoco focaliza en el aspecto físico el historietista Pablo Ríos (Algeciras, 1978) en los gags de 'Presidente Trump. Dios perdone a América', librito que publicó antes de Navidad, y donde al margen de la portada, en la que trazó el rostro del republicano “malcarado y retándote con mirada de matón”, las tiras se centran en el mensaje. “No me interesaba hacer hincapié en la caricatura y sí focalizarlas en lo que había prometido en campaña y lo que podía venir después porque cualquier declaración suya, aunque dé miedo, da para muchos chistes -explica el autor de 'Un punto azul pálido'-. La idea básica era mostrar que se sentiria muy perdido cuando llegara al Despacho oval y con el dibujo quise mostrarle a él pequeñito, para que el despacho le quedara grande”. 

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Con sus mensajes también ironizan Juan Ferrús y Modgi en la historieta de El Trumpo, dibujada para la web de 'El Jueves' por Antonio Guzmán. Para él es alguien “que siempre busca atención, que da la nota, que es como un actor, un poco como Reagan en su día, pero salido del pressing catch y la tele”. “Me da mucho juego y me resulta fácil, intento captar los gestos que lo hacen más reconocible y ese pelo como de algodón de azúcar amarillo y la cara naranja. Es un personaje atractivo para dibujar pero como hombre tiene un contrapunto negativo”.

A todos les cuesta recordar personajes tan icónicos para dibujarlos como Trump, aunque ojo, a nivel local, es a Aznar a quien no dudan en citar.