Trágico desenlace para las siete obras de arte robadas hace un año en Holanda

Los siete cuadros robados en elMuseo Kunsthal de Róterdam en octubre del año pasado, fueron probablemente quemados por la madre de uno de los presuntosladrones, ha informado este martes la fiscalía de Rumanía que investiga el caso.

UNA CONFESIÓN INESPERADA

Olga Dogaru, una ciudadana rumana, ha confesado a la policía de ese país haber quemado los cuadros robados en Holanda en un intento por proteger a su hijo Radu Dogaru, uno de los supuestos autores del robo. Entre las obras sustraídas se encontraban una dePicasso, dos deMonet, una de Matisse, una deGauguin, una deMeyer de Haan y una deLucian Freud.

Según ha informado la fiscalía rumana, Dogaru enterró los lienzos en el jardín de una casa abandonada, luego los trasladó a un cementerio y, posteriormente, losquemó en la chimenea de su domicilio.

Esta madre justificaba su 'modus operandi' de la siguiente manera: "Tras elarresto de mi hijo en enero del 2013, tuve miedo al darme cuenta de que el hecho cometido era grave. Creí que si los lienzos nunca se encontraban, no habría pruebas y los acusados (entre los cuales se encontraba su hijo) no serían condenados".

UN FINAL PARA SIETE OBRAS MAESTRAS

Lametodología empleada a la hora de hacer desaparecer los cuadros no parece haber sido muy sofisticada. "Preparé primero elfuegoen la chimenea de mi cuarto de baño. Después, me desplacé al cementerio y desenterré los cuadros, y los llevé a mi casa. Metí la bolsa en las que estaban las siete pinturas en la chimenea. Puse madera, zapatos, botas de goma y esperé a que se quemaran completamente".

A falta de uninforme pictórico que confirme el trágico desenlace de estas siete obras de arte los responsables del Kunsthal siguen aferrándose a la esperanza de que la confesión de Dogaru no sea cierta y que todos o al menos alguno de los cuadros aparezcan por fin.