FESTIVAL DE CINE DE CANNES

Tres directores juguetones

Alain Resnais, Abbas Kiarostami y Hong Sangsoo derrochan creatividad

Alain Resnais, con gabardina, junto a su equipo de actores, anoche, en la alfombra roja de Cannes.

Alain Resnais, con gabardina, junto a su equipo de actores, anoche, en la alfombra roja de Cannes.

NANDO SALVÀ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alain Resnais y Abbas Kiarostami suman 160 años. 89 son del francés, el resto del iraní. En otras palabras, tienen una edad en la quien más quien menos ha perdido las ganas de andarse con juegos. Pero ellos no. Al menos eso demuestran las películas que ayer presentaron en la competición de Cannes, destacables menos por su grado de inspiración artística que por la curiosidad creativa que derrochan.

Resnais es uno de los autores más venerados por el mundo cinéfilo, pero nunca ha ganado la Palma de Oro. Podría haberlo hecho gracias aTe amo, te amode no ser porque el certamen se suspendió ese año a causa del Mayo del 68. Medio siglo después de presentar en Cannes su primera película,Hiroshima mon amour(1959), ayer aseguró que la última,Aún no han visto nada, «no se parece a ninguna otra». Y visto lo visto, no tiene sentido discutir sus palabras.

Su extraña premisa puede resumirse así: como en una novela de Agatha Christie, algunos de los intérpretes más ilustres del cine francés -Michel Piccoli, Matthieu Amalric, Lambert Wilson, Sabine Azema…- llegan a casa de un director recientemente fallecido para visionar la última versión de su obra teatral,Eurídice.Al tiempo que contemplan la pantalla, ellos mismos empiezan a representar el texto, hasta que acaban absorbidos por él.

EXPERIMENTACIÓN / Resnais ha dedicado toda su carrera a experimentar con la estructura y la narración, y esta película le proporciona obvias posibilidades para seguir haciéndolo. El problema es que tras plantear un diálogo entre la obra que Piccoli y compañía ven en pantalla y la que ellos mismos representan, el director decide abandonar ese método para limitarse a ofrecernos una obra de teatro filmada, agarrotada. Es decir, establecidas las reglas del juego, decide saltárselas sin reparos, pero no para mostrarse más libre y travieso sino, al contrario, más inerte.

Tras pasar varias décadas trazando con su cámara el rocoso paisaje físico y social de su país, Abbas Kiarostami rompió moldes en 2010 conCopia certificada, su primera película rodada fuera de Irán y la más comercial. ConLike someone in love, retrato de la encantadora relación platónica entre un profesor retirado y una chica de compañía, el cineasta se traslada ahora a Japón. En ambas cintas, los personajes modifican sus identidades para adaptarse a las circunstancias del relato. La diferencia es que si el objetivo deCopia certificadaera claro -recrear el origen, la consumación y la destrucción de una pareja, y deconstruir el idealizado romance hollywoodiense-, aquí no parece haber más intención que juguetear con las expectativas del público. Y es que eso, un juguete, esLike someone in love. Uno lleno de ternura y melancolía. Pero un juguete.

TRES HISTORIETAS / El coreano Hong Sangsoo, último de los cineastas que ayer presentaban película a concurso, no tiene la ilustre edad de los otros dos pero comparte su afición por el Tente. EnIn another country vuelve a demostrar cuánto le gusta hacer juegos de manos con la estructura narrativa y el metalenguaje: en esencia, se trata de tres historietas sobre sendas turistas francesas, las tres protagonizadas por Isabelle Huppert -de nuevo en la competición solo un día después de presentarAmoural lado de Michael Haneke-, las tres ambientadas en el mismo hotel y centradas en la infidelidad. Los rostros, las situaciones y hasta algunas líneas de diálogo se repiten, aunque la idea es que su efecto y sus implicaciones varían en función del contexto. De nuevo, es pertinente preguntar: ¿Por qué? ¿Para qué? El cineasta coreano es un tipo muy listo. Seguro que él tiene una respuesta.