Tomasz Wasilewski: En mis películas hay personajes rotos, al borde del abismo

Irene Dalmases

Perteneciente a la joven generación de cineastas polacos, el director Tomasz Wasilewski retrata en su nueva película "Estados Unidos del Amor" cómo vivió la Europa del Este la caída del muro de Berlín, en una historia con unos "personajes rotos, siempre al borde del abismo", según ha contado hoy a Efe.

Premiado en el Festival de Berlín de 2016 con el Oso de Plata al mejor guión, en el largometraje narra, con gran crudeza, la peripecia de cuatro mujeres, sus emociones y sus deseos de cambiar de vidas, puesto que ninguna de ellas se siente venturosa con la que tiene.

En la Polonia de 1990, Ágata se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz y atraída por un sacerdote; Iza es una directora de escuela que mantiene una aventura amorosa con el padre de una alumna que un día quedará viudo, mientras que su hermana Marzena es una exmiss que solo sueña con ser modelo sin conseguirlo.

El mosaico lo completa Renata, una solitaria profesora de ruso que, en su madurez, se obsesionará con Marzena, que es la vecina de enfrente de un bloque de pisos de la época soviética.

Cuando se le sugiere que la película también podría haberse titulado "Estados Unidos del Desamor", Wasilewski responde que el amor "son todas las emociones juntas, es la felicidad y el entusiasmo pero, a la vez, es el dolor, la tristeza, tener un corazón partido".

A su juicio, todas las mujeres protagonistas, a las que dan vida las actrices Julia Kijowska, Magdalena Cielecka, Dorota Kolak y Marta Nieradkiewicz, "están unidas por estas emociones, aunque no se den cuenta".

Wasilewski ha asegurado que, como ya ocurría en sus dos anteriores filmes, aquí aparecen "personajes rotos, al borde del abismo", porque cree que "en el peor momento de las crisis es cuando aparece la verdad de las personas, porque no tienen la suficiente fuerza para esconderse y ponerse un caparazón".

Además, ha proseguido, "cuando uno piensa en el amor romántico puede concluir que es el que nunca tendremos y, por tanto, el que siempre desearemos". "Lo más importante para mi como artista es encontrar la verdad de los seres humanos. Si estoy cerca de esa verdad sé que no defraudaré al público", ha apuntado.

Rodada con largos planos y muchos silencios, considera que la película, que se estrenará en salas de toda España el próximo 7 de julio, es, asimismo, el retrato de una época, "no solo de Polonia, sino de media Europa".

En este punto, se detiene y comenta que ahonda en lo que vivió la generación de sus padres -él nació en 1980-, pero también ofrece la visión de los más pequeños, "y mis recuerdos de entonces son solo desde el punto de vista de las mujeres".

Para Wasilewski, cuando el régimen comunista cayó "llegó la libertad, pero la gente no sabía qué hacer con esa libertad, no contaba con las herramientas y por eso se trata de un período muy interesante".

"Imaginad -subraya- a un animal enjaulado toda la vida y, de pronto, le abres la puerta, pero el animal no sale porque ve la jaula como su casa. Esa es la sensación que teníamos".

Especialmente las mujeres, muchas de ellas residentes en "horribles" bloques de pisos y siempre con un cigarrillo en los labios, "estaban libres pero no sabían qué hacer".

A pesar de muchas secuencias con cuerpos humanos desnudos y mostrando la mella que provoca el paso del tiempo en ellos, la película tiene algún toque surrealista, que le sirve a su autor para lanzar una pregunta moral al espectador.

Respecto a qué supuso para él ganar el Oso de Plata al mejor guión en Berlín, Tomasz Wasilewski no esconde que pasó "un año sonriendo" y agrega que le ha permitido estar en "el mapa de Europa, pero también en el mundial".

Precisamente, deja claro que quiere que sus películas se puedan ver en todas partes, porque "tratan sobre cuestiones universales" y un premio de estas características es la constatación de que, "aunque a veces cuando escribo un guión y cuando ruedo tengo dudas, lo hemos hecho bien y le hemos importado a alguien".