CRÓNICA DE CONCIERTO

The Sadies, máquina rock a pleno rendimiento

Los canadienses demostraron en Marula Café por qué se les considera uno de los mejores grupos en directo

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Tres años después de su paso por Sidecar para presentar el notable 'Internal sounds' (2013), The Sadies volvieron el jueves a Barcelona como grandes estrellas de la fiesta de 4º aniversario de A Wamba Buluba, la noche rock’n’roll con sedé en Marula Café.

Esta vez traían bajo el brazo su ¡décimo! disco de estudio, como es de esperar estupendo, 'Northern passages', en el que demuestran todo de lo que son capaces: se supone que lo suyo es el country alternativo con aires psicodélicos, pero también pueden ser muy folk, o tirarse hacia el himno surf-rock sin palabras.

Los cantantes/guitarristas Dallas y Travis Good, el bajista Sean Dean y el batería Mike Belitsky deben de haber aprendido a estas alturas a comunicarse por telepatía, o como mínimo con un lenguaje corporal casi invisible. La máquina funcionó a pleno rendimiento en todo momento, sin dar respiro entre unos temas a veces muy contrastados entre sí. Cada vez que la melancolía amenazaba con sedimentar, instrumental surf loco al canto.

CALIDAD Y VARIEDAD

De los temas del nuevo disco, brillaron especialmente 'There are no words', con guitarras ruidosas y una melodía con aires más británicos que norteamericanos; 'Through strange eyes', una de las tres grandes canciones de este álbum en las que es Travis, en lugar de Dallas, quien lleva la voz principal, y, en el bis, 'Riverview fog', lindeza folk con grandes armonías vocales de los Good. Mejor que 'good'.

Del fondo de catálogo rescataron 'So much blood' (muy The Band), la oscura 'Cut corners', la bastante devastadora 'Sunset to dawn' y otra historia sobre corazones rotos, 'Anna Leigh'. Hubo una fase hillbilly con Travis al violín y una repesca gozosa de su versión del 'Palace of gold' de Blue Rodeo, en su repertorio retitulada 'The story’s often told'. Calidad, variedad y cantidad a buen precio.

Además, el menú incluía como primer plato a Flamingo Tours, la banda rock’n’roll liderada por Myriam Swanson, quien luchó en un principio (después creció la algarabía) por animar al difícil público barcelonés de entre semana. Entre canción de zombis y canción de monstruos, algún que otro llamamiento lenguaraz al movimiento: "¡Vamos, que luego con el Barça se os caen los huevos!".