The Pepper Pots, último tren

La pasión de un grupo de jóvenes músicos por el soul condujo, hace 11 años, a la creación de The Pepper Pots, un vehículo que rendía homenaje al sonido de Tamla Motown y cercanías. Siete discos después, esta nutrida formación de Girona se despide. «Amamos demasiado este proyecto para permitir que vaya muriendo poco a poco. Por eso, como la chispa se ha ido apagando, nos hemos hecho mayores y tenemos otras prioridades en la vida, preferimos dejarlo aquí», explica su batería, Joan Vergés.

Pero, ¿qué les hace pensar a los autores de discos como Train to your lover que la banda estaría abocada a su lenta extinción? Ahí hay que hablar del mercado y de la difícil subsistencia para un grupo de música minoritaria. Y entre cantantes y músicos de viento, son muchos a repartir. «Nuestro hándicap es que hemos sido hasta diez músicos. Si vivir de la música es difícil, siendo tantos es imposible», confiesa Vergés. Desde la marcha de Marina Torres (ahora en solitario como Marina BBface), son nueve. «Es imposible tocar nuestro estilo de música siendo menos», apunta. El grupo podría haber seguido adelante «reuniéndonos para hacer algún bolo de vez en cuando», pero ese régimen habría sido «un suicidio». Atrás quedan provechosas colaboraciones con Eli Paperboy Reed, Binky Griptite, Maximne Brown y The Impressions, y giras que les han llevado a Japón y Estados Unidos. Un recorrido culminado con We must fight (2013), en el que Vergés ha constatado que «en Catalunya y en España no hay una base de público para la música negra como en Francia o Alemania».

Últimas citas

Hoy comparten cartel en Barts con The Excitements, dentro del Curtcircuit. «Son como hermanos. Y reflejan la miseria de este país: hacen más bolos por Europa que aquí». Su adiós será por etapas: tras el concierto de hoy, las estaciones finales serán Manresa (Stroika, 28 de noviembre) y Salt (La Mirona, 29). ¿Proyectos en solitario, nuevos grupos...? «Los habrá, pero preferimos no revelarlos todavía».