EL NUEVO TRABAJO DEL POPULAR DÚO DE ELECTRÓNICA MASIVA

Química en evolución

The Chemical Brothers publican este viernes 'Born in the echoes', nuevo disco marcado por el espíritu de investigación

Ed Simons (izquierda) y Tom Rowlands,  en una imagen promocional de 'Born in the echoes'.

Ed Simons (izquierda) y Tom Rowlands, en una imagen promocional de 'Born in the echoes'.

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Si es usted fan de The Chemical Brothers, debe saberlo: su nuevo disco, Born in the echoes, que sale este viernes a la venta, es una especie de regalo. El dúo que definió la electrónica masiva de los 90 estuvo a punto de tirar la toalla tras el estreno de Don't think (2012), película de concierto que conseguía hacerte sentir en mitad de la vorágine de un directo suyo sin salir de casa ni recibir pisotones.

Era un cómputo espectacular de su carrera. «Y parecía un buen momento para dejarlo», admite, en conversación telefónica con EL PERIÓDICO, Tom Rowlands, el hermano químico de Ed Simons. «Pero siempre creímos que todavía teníamos, como mínimo, un buen disco en nuestro interior. Y que debíamos perseguirlo».Según Rowlands, cada vez que han decidido hacer un álbum es por una buena razón. Nunca han grabado de forma automática, solo porque tocara. Esta vez, estaban decididos a hacer un disco lo más crudo posible: «Un poco en reacción al anterior -Further, del 2010-, que estaba cargado de temas épicos con sintetizador».

Pese a la presencia de voces invitadas estelares, como Beck, St. Vincent y su viejo conocido Q-Tip, Born in the echoes es un disco poco o nada calculado para arrasar en listas. Se ha creado esencialmente por instinto, en pos de la sorpresa, el peligro y la búsqueda.

The Chemical Brothers nunca han grabado el mismo disco. «Bueno, es curioso», dice nuestro entrevistado. «Alguna gente dice que llevamos haciendo el mismo disco toda la vida. Y otros nos preguntan por qué hemos cambiado tanto y por qué no hacemos otro disco como los primeros». La verdad puede estar en medio, como tantas veces: «Siempre hay en nuestra música un sentimiento similar, como de éxtasis, pero las herramientas cambian».Tiene mérito: han sabido evolucionar sin ir saltando de una tendencia a otra según marcara la moda. «Creo que somos fáciles de reconocer, ya sea en un tema rave o uno planeador con Hope Sandoval. Son cosas diferentes pero las dos suenan a The Chemical Brothers».

O lo que es lo mismo: psicodelia conectada con electrónica. Música sintética para abrir las puertas de la conciencia, pero con altos y bajos, oleaje; lejos de la impositiva crudeza de la EDM. «Toda esa música es vacía, excesiva, triunfal… Es música para tíos diciéndose unos a otros: 'soy increíble, eres increíble, todo es increíble'. Nosotros preferimos hacer música que parezca que va a caer hecha pedazos, que pueda dar miedo o parecer desafinada. Lo otro nos parece anodino. Esa música te dice 'este es el mejor momento de tu vida' cada medio minuto» (risas).

Tom y Ed pueden parecer, por su forma de pensar, gente casi solipsista, pero en realidad son conocidos por su afán en trabajar con otros, algo que ha dado lugar a piezas pop del nivel de Setting sun, con Noel Gallagher, o la nueva Wide open, con Beck. Un cierre melancólico para Born in the echoes: «Para mí la mejor música de baile es melancólica -dice Rowlands-. Siempre que escuchaba a Beck, creía que le iría bien una base puramente electrónica. Su voz me llega, sobre todo en el disco Sea change. Cuando probamos a poner su voz, saliendo del teléfono, sobre nuestra base, fue mágico».

Algunos los tachan de irrelevantes, pasados de moda, pero The Chemical Brothers -cabezas de cartel en la última edición del Sónar- han visto sus servicios requeridos por artistas pop último modelo como Lorde, quien los llamó para trabajar en un tema de la banda sonora de Los juegos del hambre: Sinsajo-Parte 1 con la voz de Miguel. «Lorde es increíble. Muy de vez en cuando, surge alguien como ella. Tiene una visión muy individual de las cosas. Nosotros solemos hacer las cosas a nuestro aire, pero esta fue una verdadera colaboración y fue interesante».No era la primera vez de los Chem en el cine: antes, habían compuesto el score de Hanna, el thriller de ciencia ficción feminista de Joe Wright. «Una gran experiencia. Resultaba liberador hacer un disco en el que no fueras responsable de lo que sucede durante todo el proceso. Tu misión es, en resumidas cuentas, comunicar el sentimiento de cada escena». Actualmente trabajan en la música de Trespass against us, debut en el largo de ficción de Adam Smith, director de Don't think, con Michael Fassbender como protagonista.

Entre declaraciones tipo «nos quedaba un buen disco por hacer» y la marcha de Simons del directo para dedicarse a una carrera académica que no precisa, cabe preguntarse sobre el futuro del dúo. «No tenemos planes inmediatos de volver a grabar. Pero no hemos terminado. ¿Por qué íbamos a terminar?». Ah, vale.

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