El Lliure celebra 40 años con 'Les noces de Fígaro'

Les noces de Figaro

Les noces de Figaro / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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El Teatre Lliurerecupera a partir de este jueves 'Les noces de Fígaro', de Caron de Beaumarchais, para celebrar los 40 años de su creación. De esta obra, de su significación en su estreno en 1989, hablan Lluís Pasqual, actual director de la institución. y Lluís Homar, intérprete de Fígaro en el emblemático montaje de Fabià Puigserver (1938-1991), y de cuya reposición se encarga ahora el actor. Con este espectáculo, el Lliure triunfó en Madrid en versión castellana y espera volver a conseguirlo con esta relectura fiel al original realizada en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en cuya sede recalará del 3 al 23 de febrero.

En esta ocasión, los protagonistas son Marcel Borràs (Fígaro), Mar Ulldemolins (Susanna), Joan Carreras (Comte Almaviva), Mónica López (Marquesa Almaviva), Pau Vinyals (Querubino), Manel Barceló (Bartolo), Oreig Canela (Peret), Oriol Genís (Picapoll), Eduard Muntada (Antonio), Victòria Pagès (Marcelina), Albert Pérez (Basili), Aina Sánchez (Francina) y Òscar Valsecchi (Doblemà).

"Ha sido una macroaventura. 'Les noces' es una obra inmensa que no te acabas", confiesa Homar. "Entiendo la locura que Fabià sentía por ella. Al representarla hacemos no solo un homenaje a él, sino al teatro", señaló. El perfecto engranaje del texto combina "el divertimento con un profundo conocimiento de la condición humana". Pese a haber pasado dos siglos Homar destaca la vigencia de su carga política y social. "Danton dijo en la Asamblea Nacional que el primer revolucionario fue Fígaro, que se enfrentó a la nobleza desde un escenario", recordó.    

CRÍTICA AL PODER

"La sociedad jerarquizada perdura. Todavía hay quien se cree con derecho a ser más que otro". Los poderosos de hoy no son tan distintos a los de entonces. Lluís Pasqual recuerda la significación de determinados pasajes en su estreno en 1989. "El Lliure atravesaba uno de esos momentos de difícil y casi imposible supervivencia". El teatro, fundado en 1976 por gente con mucha vocación y entusiasmo, se había implicado con el teatro del arte hecho con rigor pero abierto a nuevas formas y para todo el público. Pero esperaba desde hacía tiempo el firme compromiso de la administración para poder crecer y disponer de mejor medios y recursos en una nueva sede. Como medida de presión decidieron no estrenar 'Les noces de Fígaro' en su local de Gràcia hasta contar con compromiso firme sobre un nuevo espacio. Finalmente, el 7 de febrero de 1989 se hizo la primera representación. Ferran Mascarell, regidor de Cultura en aquella época, les había cedido el Palau de la Agricultura de Montjuïc, donde este jueves se estrenará de nuevo 'Les noces de Fígaro'.  

Pese a ser fiel a la propuesta de 1989 Homar ha intentado aportar frescura y vitalidad a través de una nueva mirada. "Este traje ya estaba hecho pero teníamos que jugar con él como si no lo estuviera. Ha sido un trabajo enorme pero muy gratificante". Son tres horas de espectáculo contando la media parte. Todo un 'tour de force'. Su versión será igual pero diferente. "Ahora sabemos más, tenemos mayor experiencia, existen el Teatre Lliure y el TNC, pero lo importante en el teatro es el contenido. Lo era en 1976 cuando se fundó el Lliure y lo será siempre", destaca Homar. Se ha enfrentado al texto "desde cero", realizando un gran trabajo de mesa "como si esta obra no se hubiera hecho nunca". El vestuario y la escenografía serán muy parecidos a los diseñados por Fabià. "La ropa debe ser una segunda piel para el actor así que, más que una reproducción, hemos hecho una adecuación del vestuario". 

MISMO ESPÍRITU

Homar ha intentado transmitir a los intérpretes "el espíritu grupal" de quienes integraban el Lliure en 1989. "Es importante que haya una conciencia de grupo entre los actores porque una compañía es la suma de complicidades y esa energía que se crea traspasa. Hace años estábamos yo y Anna (Lizaran), Alfred (Lucchetti) y Carlota (Soldevila), Emma (Vilarasau) y Jordi (Bosch). He procurado que entre los actores de ahora haya ese 'caliu', ese mismo nivel de confortabilidad y exigencia que nosotros teníamos". Como siempre dice Pasqual: "El Lliure es una manera de hacer las cosas, algo que no se ve pero que todo el mundo nota cuando cruza la puerta del teatro, sea público o actores".

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/5\/9\/1480327774595.jpg","author":"ALBERT BERTRAN","footer":"Llu\u00eds Pasqual (izquierda), director del Teatre Lliure, y Llu\u00eds Homar, director de la reposici\u00f3n de 'Les noces de F\u00edgaro', en el Palau de la Agricultura, donde se estrenar\u00e1 el montaje el 2 de diciembre."}}

La Barcelona de hoy es muy diferente a la de 1976 cuando un grupo de jóvenes entusiastas renovaron la escena desde la antigua cooperativa de Gràcia, La Lleialtat, reconvertida en teatro. "El Lliure estrenó títulos nuevos, dio a conocer grandes textos en catalán, todo un reto entonces, y también mostró otras formas de interpretación apoyado por un público que ha crecido con él", recordó Pasqual. Él se encargó del primer montaje, 'Camí de nit', estrenado el 2 de diciembre de hace 40 años.

La obra se centraba en la muerte de un dirigente obrero durante el bienio progresista de 1854-56 y se inspiraba en el libro 'Barcelona a mitjans del segle XIX', de Casimir Martí y Josep Benet. "El Lliure fue también una escuela. Mostró otra manera de hacer las cosas", anadió Pasqual. ¿Cómo será en el futuro? "Imposible adivinarlo pero, independientemente de la calidad artística y estética de lo que venga, me conformo con que el Lliure se mantenga fiel a su espíritu, a esa esencia artesanal y familiar". Y Homar apunta: "Y sobre todo, que sea libre, como su nombre indica porque lo peor es que salga barriga aquí", dice haciendo una curva con su dedo índice sobre la frente.