Talentoso y pijo

Eddie Redmayne, su gran interpretación de Stephen Hawking ha encumbrado a este inglés poco conocido

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BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Ni siquiera en el Reino Unido Eddie Redmayne era demasiado conocido del gran público. Eso cambió con el estreno en otoño de La teoría del todo. El actor dejó boquiabiertos a los espectadores y a la crítica. Empezaron a llover los premios y el domingo llegó el Oscar por su interpretación del astrónomo Stephen Hawking. Con la estatuilla, el pelirrojo londinense, de 33 años, ha entrado en la división de honor de los grandes de Hollywood.

Privilegiado de nacimiento, con talento, bien educado y ligeramente pijo, Redmayne se ha currado a fondo cada papel con el que se abierto paso en el mundo del espectáculo. Hijo de una familia acomodada dedicada a los negocios, sus primeros pasos en el arte dramático los dio en la famosa escuela de Eton. Allí, de los 13 a los 18 años fue compañero de estudios y amigo del príncipe Guillermo. En el Trinity College de Cambridge, se graduó en historia del arte y se topó alguna vez con Hawking. «Era la estrella de rock del campus».

Los primeros pasos como actor los dio en el teatro. La obra Red le valió tanto el premio Oliver en Londres y el Tony en Nueva York. Pecoso, muy delgado, trabajó como modelo para Burberry y posó con Cara Delevingne. En el cine hizo un papel incestuoso con Julianne Moore, en Savage Grace, a los 19 años. Más tarde trabajó en Los miserables.

Ayer, el propio Stephen Hawking le felicitó por el Oscar, que Redmayne ha prometido enseñarle en persona. Otro de sus planes es marcharse de luna de miel, aplazada desde diciembre, cuando se casó con Hannah Bagshave, una chica a la que conoció cuando los dos estaban en la escuela.