Superprincesas Disney

Hollywood confía cada vez más en los cuentos populares y las heroínas femeninas para sustituir a los superhéroes en el papel de gallina de los huevos de oro de los estudios

NANDO SALVÀ

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Puede que no sea una adaptación precisamente intrépida, pero eso no ha impedido que 'Cenicienta' obtenga para los estudios Disney unos resultados provisionales de taquilla -260 millones de dólares tras solo dos fines de semana, y pendiente aún de empezar a hacer caja en países como Brasil, Francia o España misma- de las que hasta Superman o Batman se sentirían satisfechos. Ni que, a consecuencia de ello, en Hollywood confíen cada vez más en los cuentos populares para sustituir a los superhéroes, cuando estos encaren su inevitable decline en el papel de gallina de los huevos de oro de los estudios.

En concreto, el éxito comercial de Cenicienta es una señal del papel que princesas Disney como Mulan o Pocahontas o Rapunzel –Blancanieves ya está algo gastada– pueden llegar a jugar en un paisaje cinematográfico que pide protagonistas femeninas fuertes –las heroínas de sagas como 'Los juegos del hambre' o 'Divergente' así lo demuestran– pero en el que la idea de un superhéroe femenino simplemente parece no cuajar.

En cualquier caso, a Disney las versiones de acción real de sus cuentos animados le están salvando los muebles. A excepción de la saga 'Piratas del Caribe', sus únicas producciones que han reventado taquillas desde el 2005 son 'Alicia en el país de las maravillas' (2010) y 'Maléfica' (2014), mientras otros proyectos de 'blockbuster' como 'El llanero solitario' (2013) o 'Prince of Persia' (2010) o 'John Carter' (2012) les salían rana. Se entiende, pues, que la productora a esté inmersa en el rodaje de 'El libro de la selva' y que pronto vaya a empezar el de 'La bella y la bestia', que ya tenga fecha de estreno para la secuela de 'Alicia' -27 de mayo del 2016-, y que le haya encargado a Tim Burton un nuevo 'Dumbo'.

Varias son las similitudes que las princesas Disney y el resto de personajes de los cuentos populares mantienen con los protagonistas del universo Marvel. Tanto unos como otros proporcionan afantasía y escapismo, una versión metafórica del mundo real en la que los buenos siempre ganan a los malos; y ambos poseen cierto atractivo nostálgico y familiaridad para cualquiera que esté al tanto de la cultura pop. Pero hay algo en lo que los cuentos populares llevan ventaja, y es su capacidad para captar tanto al público masculino como al femenino: su carga sentimental las atrae a ellas; a ellos, la acción y los efectos especiales.

Sea como sea, la conexión entre ambas formas narrativas es indudable. Para muchos consumidores de ficción popular los cuentos fueron la llave de acceso a los mundos maravillosos de los cómics y los videojuegos -el segundo volumen de los 'Cuentos para la infancia y el hogar' (1815) de los hermanos Grimm incluye un relato, 'Los seis sirvientes'que esencialmente es una historia de superhéroes– y, en última instancia, es tentador considerar unos y otros como dos caras de una misma moneda. Pensándolo bien, ¿hay mucha diferencia entre una bruja que lanza una maldición a una princesa y un joven al que pica una araña radioactiva?