Publicada en El Periódico el día 5 de agosto

El superhéroe más anacrónico

Steve Rogers nació en 1941 con la idea de elevar la moral a las tropas norteamericanas durante la guerra

RAMÓN DE ESPAÑA

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Afinales del pasado mes de mayo, pude ver en un cine de Nueva York el tráiler deCapitán Américay comprobar que, a diferencia del de Linterna Verde, no me procuraba náuseas ni vahídos. Afortunadamente, los responsables del producto habían optado por ambientarlo durante la Segunda Guerra Mundial en vez de acometer el (inútil) intento de poner al día al pobre Steve Rogers, el superhéroe más anacrónico de todos los tiempos, quien, una vez cumplida su misión de derrotar a los nazis, solo podía aspirar a una confortable jubilación en Florida. Que la novia del Capitán estuviese tan guapa de uniforme y que no se apreciara ni rastro de Bucky Barnes, el indigesto compañerito del héroe, se me antojaron buenos presagios.

ALFEÑIQUE Y MEQUETREFE /Steve Rogers, estudiante de Bellas Artes empeñado en servir a la patria, pese a ser un alfeñique y un mequetrefe, nació en marzo de 1941, de la mano de Joe Simon y el gran Jack Kirby, con la única intención de elevar la moral de las tropas norteamericanas. Aunque en los años 50 se le intentó reciclar como cruzado anticomunista, la cosa no acabó de colar y el héroe languideció hasta mediados de los 60, cuando el omnipresente guionista de la Marvel Stan Lee revitalizó su carrera a base de despojarle de los elementos más patrioteros de su personalidad. Fueron esas nuevas historias las que llegaron a España a finales de la década prodigiosa, en unas ediciones repugnantes en forma de libro con las páginas remontadas, las viñetas ampliadas o reducidas por algún ilustrador chapucero, y desprovistas del color de loscomic booksoriginales. Curiosamente, fueron un éxito, por lo menos entre mis compañeros de los Escolapios de Diputació, aunque yo -que ya era un purista- me desgañitaba poniendo verde ese timo de la editorial Vértice.

De todos modos, el éxito fue pasajero, y el Capitán América nunca alcanzó una gran popularidad en España¿ Ni en ningún otro lugar que no fuese EEUU: ¿cómo va a caer bien un tío vestido con los colores de la bandera norteamericana que va por ahí dando lecciones de dignidad y democracia? Cuando entré en contacto con sus aventuras, me pareció un merluzo pasado de moda, aunque debo reconocer que su archienemigo habitual, el tenebroso nazi Cráneo Rojo, tenía su punto (Mike Mignola y Guillermo del Toro se inspiraron en él para el villano deHellboy).

La presencia del Capitán América en la gran pantalla tampoco ha sido, hasta ahora, como para echar cohetes. En 1944 se rodó un serial cutre protagonizado por el olvidado Dick Purcell. Y en 1990, un largometraje dirigido por el hawaiano Albert Pyun -que si no es el peor director del mundo, poco le falta-, con un presupuesto costoso y unos actores de pena.

CACHO DE CARNE DEPILADA / Si ahora se vuelve a la carga es porque las películas de superhéroes dan mucho dinero en esta época excepcionalmente imbécil que nos está tocando vivir, aunque me remito al tráiler y a la crítica norteamericana -que ha descritoCaptain America, the first avenger como un agradable entretenimiento retro- para confiar en que su visionado no sea una pérdida total de tiempo. Nada espero del protagonista, Chris Evans, otro cacho de carne depilada de los que tanto abundan en Hollywood, pero sí del director, Joe Johnston, de quien recuerdo con agradoThe Rocketeer(1991), amena fantasía retro, inspirada también en un cómic, que, lamentablemente, no tuvo el menor éxito.