Los nuevos hábitos de consumo en internet

El 'streaming' da aire a la industria de la música

Las plataformas de acceso inmediato disparan su crecimiento y atraen a sellos y artistas

El 'streaming' da aire a  la industria de la música_MEDIA_1

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JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Basta ya de hablar de piratería musical. No por hartazgo, que también, sino porque los nuevos hábitos de consumo insinúan, albricias, un modelo de negocio. Elstreaming, acceso inmediato a la música en la red sin descargas ni almacenaje de archivos, fruto de acuerdos con sellos y artistas, da oxígeno y aliento a un sector que desde hace ya una década no vive para sustos y malas noticias.

Sigue siendo temerario hacer pronósticos, pero las cifras del primer semestre del 2011 reflejan un aumento decidido del peso de la música digital. En el 2008 esta representaba el 11% de los ingresos del sector; en el 2010 pasó al 26% y ahora se sitúa en el 37% de un pastel, eso sí, empequeñecido año tras año.

EL CAMBIO ¿Bajan las descargas y sube el 'streaming'?

Sí. Descargas de internet (20% de descenso en facturación) y móvil (caída del 53%) son suplidas por elstreaming(304% de aumento). La plataforma más popular es Spotify (con una versión gratuita con publicidad, y otra con cuota mensual), aunque hay otras, como la francesa Deezer y la alemana Simfy. Y crecen los ingresos vía Youtube. «Internet es acceso. Bajar archivos supone tener el disco duro ocupado por miles de canciones que debes organizarte. Con elstreamingsolo hay que darle al clic», apunta Albert Torres, director para España, Italia y Portugal de la distribuidora digital The Orchard, que posiciona a sus clientes (sellos y artistas) en las plataformas digitales. Torres cree que la tienda iTunes deberá evolucionar. Por ahora, no ha adoptado elstreaming,pero el iCloud permite almacenar canciones en una nube accesible desde cualquier ordenador o móvil inteligente.

LA ALTERNATIVA El 'streaming', ¿traerá el fin de la piratería?

De momento, ha provocado fuertes interferencias en su campo de acción. Deezer era pirata, pero, acosada por los juicios, cuando dispuso de clientela estable comenzó a cerrar tratos con las discográficas y a generar dinero. Un proceso parecido está siguiendo la discutida Grooveshark en Estados Unidos. Organizar una plataforma de streamingpirata es mucho más complejo e insostenible que un servicio de P2P, el popular intercambio de archivos. «Ofrecer 15 millones de canciones, una barbaridad, no se puede aguantar mucho tiempo siendo pirata. Acaban dando el salto porque sale a cuenta», estima Torres. Si una plataforma ofrece acceso inmediato y ordenado, desde cualquier terminal, a casi toda la música del planeta (sigue habiendo artistas reticentes: Dylan, Pink Floyd), ¿para qué perder el tiempo con descargas pirata?

EL RELEVO ¿Compensa la caída de la venta de discos?

Aún no, y está lejos. «¡Pero hasta hace solo seis meses, The Orchard no daba beneficios!», revela Albert Torres, subrayando que estamos solo al principio pero que los cambios son rápidos. Sellos catalanes consultados sitúan entre un 10 y un 15% la cuota de ingresos procedente del mercado digital. Jordi Freixa (Chesapik, sello de La Troba Kung-Fú y Lagartija Nick) apunta que «ahora te llegan liquidaciones pequeñas de Japón, algo antes impensable». Para Marçal Lladó (Bankrobber, casa de Mazoni, Sanjosex y Guillamino, que incorpora elmanagement), «los beneficios aún son pequeños, pero ahora lo más importante es llegar a la gente». Gerardo Sanz, mánager de Antònia Font, Manel, Mishima y Sisa, cree que «hoy, lanzar un disco sin tener definido el enfoque en el mercado digital ya es imposible». Antònia Font ha creado su sello, Robot Innocent, y trata directamente con una distribuidora digital, Ioda, su difusión en las plataformas. Iniciativa que nos lleva al siguiente punto.

EL MODELO Las discográficas, ¿perderán sentido?

Depende. Hace tiempo que se han ido transformando encasas de artistascon los contratos de 360 grados (management, editorial,merchandising), pero ahora surge una nueva amenaza: elhazlo tú mismo. The Orchard presentó el viernes en Barcelona su Marketplace, un «mercadillo digital» que ofrece, entre otras cosas, la posibilidad de que el creador disponga de una página con su música enstreaming. Sisa, Standstill y Carlos Jean negocian su presencia digital por su cuenta, sin discográfica de por medio, tendencia que siguen figuras internacionales como Joss Stone, Simply Red y Ryan Adams. Todo apunta a que Amaral, que acaba de crear un sello propio, Antártida, seguirá el mismo camino. Pero las distribuidoras digitales prefieren trabajar con sellos, y los que cuiden al artista deberían seguir adelante.

EL FUTURO Pero, ¿de verdad nadie sabe qué va a ocurrir?

No, amigos, aunque algunas lucecitas (de bajo consumo) parpadean en el túnel. Se perfila un modelo como el agua o el gas, pagando una cuota por el canal y suministro. Pero queda recorrido. ¿Y quién iba a decir hace cuatro años que el negocio de losringtonescaería? «¿O que MySpace moriría, suplido por las nuevas redes sociales?», añade Gerardo Sanz.

El acuerdo, estos días, de Facebook y Spotify marca un camino para el streaming. El usuario se fía más del consejo de un amigo que de una sugerencia automática por similitud de estilo. Ahora se espera que las compañías de telefonía se vinculen a una plataforma o creen la suya. En Francia, Orange lo ha hecho con Deezer, que dispone de 10 millones de usuarios. «Elstreamingnecesita una base de clientes gratuitos para crear masa. Que se enganchen y, luego, hacerlo más atractivo para que paguen y generen negocio», estima Torres. Sin problemas de distribución ni almacenaje, puede ser el Xanadú del melómano. Pero sería un detalle que, encima, confirmara su sostenibilidad económica.