Standstill, con músculo y memoria

CRÓNICA La banda viajó hasta sus inicios en el hardcore en su despedida en Apolo

Enric Montefusco, líder de Standstill, durante el concierto.

Enric Montefusco, líder de Standstill, durante el concierto.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Standstill diseñó un guion especial para la primera de sus dos noches de despedida en Apolo (hoy repite, entradas agotadas), y en su repertorio antológico llegó a remontarse, algo inaudito, hasta sus primeros tiempos, los de grupo hardcoreta anglófono. Fueron dos horas de quema de naves, con el dramatismo e intensidad propios de las cosas importantes que se hacen por última vez.

Enric Montefusco y compañía ya no volverán a tocar, juntos al menos, y salvo imaginable gira de reunión de festivales en el 2025, canciones como 1, 2, 3 sombra y Poema nº 3, que abrieron el concierto liberando energía de un modo progresivo, dando paso a la emotividad seca de Moriréis todos los jóvenes Si vieras, cita esta de su último, místico, disco, Dentro de la luz. Standstill heredó del hardcore un rigor, una severidad que los distancia del amaneramiento de cierto rock filo-alternativo más pretencioso que trascendente. Tienen sus momentos de espesor y sus lagunas crípticas, pero en Apolo fueron al grano y les salió un concierto atronador, combinando con perversión fuerza y refinamiento, y entregando a placer los himnos de su vida: Adelante Bonaparte (II), ¿Por qué me llamas a estas horas?Yo soy el presidente de la escalera... Buscando el contacto físico y utilizando el canto del público para hacer crecer las canciones.

Pasado desenterrado

Tras el cierre con La mirada de los mil metros vino la sorpresa cuando, abriendo los bises, el grupo recuperó material de sus primeros discos, canciones con que en su día recorrió el circuito del hardcore europeo. Un Montefusco transformado, sin guitarra, retorciéndose como el Nick Cave de The Birthday Party en unos intranquilos Dead man picture Let them burn, forzando la voz en Ride down the slope y adoptando formas guturales en Two minutes song. El testimonio de otra era de Standstill, en contraste con las piezas que cerraron el concierto, unas Canción sin fin Adelante Bonaparte (I) en tenue fundido, dejando a su paso un estridente silencio.

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