Spandau Ballet rememora

De izquierda a derecha, John Keeble, Steve Norman, Tony Hadley, Gary Kemp y Martin Kemp, ayer en Barcelona.

De izquierda a derecha, John Keeble, Steve Norman, Tony Hadley, Gary Kemp y Martin Kemp, ayer en Barcelona.

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Cuando un grupo se reúne para celebrar viejas glorias, lo más lógico es pensar que todo se debe a un solo motivo, de sobras conocido: el vil metal. Pero miras un rato a Spandau Ballet -quienes regresaron en el 2009 tras casi dos décadas de silencio y una sonada disputa judicial por royalties de composición- y sabes que no, que aquí hay algo más. Tony Hadley (cantante), Gary Kemp (guitarra), Steve Norman (saxo, sobre todo), John Keeble (batería) y Martin Kemp (bajo) conversan vivazmente entre ellos, ajenos a la presencia del periodista, con un lenguaje hecho en un 80% de antiguas bromas indescifrables para los ajenos a su hermandad. Hay que meterse en medio, arruinarles el momento, para que esto empiece.

«Spandau es algo a lo que estábamos predestinados», afirma Gary, el que más toma la palabra del quinteto. «Puedes luchar, pero si algo está destinado a ser, acabará siendo. Y gracias a la película se ha doblado la generosidad entre nosotros».

El icono ochentero de Londres ha visitado Barcelona para presentar, en el marco del festival In-Edit, Soul boys of the western world, el documental sobre su historia que ha dirigido George Hencken -estrenado el lunes pero con pases también el miércoles y el domingo-, y de paso, hablar sobre el recopilatorio The story. El documental era, desde su reunión del 2009, un proyecto ansiado por todos ellos. «Fichamos a una gente para reunir tanto metraje como fuese posible», cuenta Gary. «Y acabamos con demasiado material. Estábamos perdidos porque no sabíamos qué hacer con todo eso».

George Hencken era la persona que necesitaban. La directora había sido productora (y se nota heredera) de Julien Temple, conocido por sus documentales inventivos e ingeniosos creados con imágenes de archivo. Por ejemplo, The filth and the fury (2000), historia de los Sex Pistols desdoblada en crónica política de la Inglaterra de los 70. (Gary): «Nuestra película es un poco como esa pero en los 80, algo que nadie antes había hecho. Es nuestra historia y, a la vez, un relato social».

Reyes del videoclip

Tampoco es que Spandau Ballet fuera el grupo más político de la década: «Si quieres ser político, no formes una banda, únete al partido laborista», dijo en una entrevista Gary Kemp. El trasfondo histórico aparece en el filme, pero se hace más hincapié, claro, en aspectos relativos a la moda o la cultura visual del momento. Soul boys of the western world sigue de cerca a los chicos en su salto del movimiento New Romantic a un pop adulto henchido de soul y observa su conversión en reyes del fenómeno del vídeo musical propiciado por el nacimiento de la MTV y la VH1. Todo contado de propia voz en off, sin opiniones adicionales.

(Martin): «Para preparar la película, nos metimos uno por uno en una cabina de sonido y contamos nuestra versión de la historia. Mi gran sorpresa fue escuchar las historias de los otros. Todas venían del corazón. Era la primera vez que supe de muchas cosas». (Gary): «Todo es muy emocional. Yo sabía que iba a ser una película sexi y dinámica, pero no tan cargada de emociones».

Sobre todo en su recta final, cuando las imágenes de tostarse al sol en las Bahamas -durante la grabación del disco True de 1983- o alegrías varias de backstage ceden paso a las de fricción y caras apagadas a la salida del juzgado, en los días de la demanda de Tony, Steve y John a Gary por una parte de royaltis; ganó Gary. También se recuerdan aquellas últimas fotos de promo tan expresivas. (Tony): «Es evidente, ninguno de nosotros quería estar ahí».

El futuro

Ahora, todos parecen felices de estar aquí. Por lo que fueron y por lo que pueden ser. «Cuando tienes canciones tan icónicas en tu catálogo», explica John Keeble, «cuesta componer algo nuevo. Pero creo que This is the love figura entre nuestros mejores temas». Es una de las tres novedades, producidas por su antiguo aliado Trevor Horn, incluidas en The story: un nuevo recopilatorio de Spandau Ballet. Undécimo, si no me equivoco. ¿Para cuándo un disco nuevo-nuevo? «Hay que hacerlo», dice Tony. «En marzo estamos de gira, pero después deberíamos ponernos manos a la obra».