CRÓNICA

Soul y rock de otra época

La energía de Vintage Trouble triunfa en la sala Bikini

El 'frontman' Ty Taylor, al frente de Vintage Trouble,, en la sala Bikini.

El 'frontman' Ty Taylor, al frente de Vintage Trouble,, en la sala Bikini.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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El músico Tom Papa Ray los ha descrito como «el nuevo protocolo del soul», como se puede oír en la introducción grabada para abrir los shows, pero Vintage Trouble tiene forma aparente -ya desde el nombre- de homenaje a los artistas de los 50 y 60 que fundieron rhythm and blues con rock'n'roll. El grupo de Hollywood parece imponerse la misión de devolver la sangre a la música y al mundo, como si algo esencial se hubiera perdido desde aquellas décadas y ahora todos fuésemos zombis en una película con banda sonora de pop robótico.

PREDICADOR SOUL / La noche del lunes, en la sala Bikini, su líder Ty Taylor saltó a escena con maneras de predicador soul. Y desde el arranque gospeliano con High times (They are coming) supo meterse al público en el bolsillo a base de energía, carreras y, todo sea dicho, gran voz. Es un frontman de fuerza innegable, un heredero de James Brown, Otis Redding e Ike Turner acompañado por una banda eficaz pero sin igual pegada. Taylor es el secreto del éxito de Vintage Trouble. Secreto poco secreto: casi solo se habla de él cuando se habla del grupo, en realidad.

La interacción de Taylor con el público es constante, como si las estrellas fuéramos todos; jugó todo el tiempo al «llamada y respuesta», se paseó por Bikini como Pedro por su casa -sobre la barra parecía igual de cómodo que en el escenario- y dedicó Total strangers a un par de troublemakers, que así se llaman sus fans, en la sala para celebrar su 30º aniversario de casados. Instó a que chocásemos las manos con desconocidos (hecho, Ty). También lanzó una arenga pro-amor bastante emotiva que se podría resumir en que todos vamos en el mismo barco y diariamente hemos de recordar a nuestro vecino que todos importamos igual.

Taylor es un gran frontman, su banda sabe lo que hace; no se puede negar que sudan sus trajes y hasta sus corbatas. Pero a ratos uno piensa dónde podría llegar esta formación con un repertorio más brillante -el blues sureño Run Baby Run y Run Outta You tienen gracia, otras resultan demasiado genéricas- o una mirada menos vintage. Quizá todavía no hayamos visto lo mejor de ellos.