Un romance en tiempos de guerra

Sonsoles Ónega recupera la historia de amor secreta de Carme Trilla y Frederic Escofet

Sonsoles Ónega, en Barcelona.

Sonsoles Ónega, en Barcelona. / RICARD FADRIQUE

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Dos de los hombres que dirigieron la resistencia de Barcelona el 19 de julio de 1936 protagonizan dos de los títulos que se han mantenido en las últimas semanas entre los más vendidos; si Lorenzo Silva ha recuperado en ‘Recordarán tu nombre’ (la figura castrense del general al mando de la Guardia Civil, José Aranguren, la periodista Sonsoles Ónega, en ‘Después del amor’, premio Fernando Lara de novela, explica la historia de amor clandestino que vivió el comisario general de orden público de la Generalitat, el capitán Frederic Escofet durante su encarcelamiento tras los Fets d’Octubre, la guerra civil y el primer exilio. Aunque en este caso, Escofet es el acompañante de la verdadera protagonista del libro: Carme Trilla, la mujer a la que conoció en 1933, la esposa de un conocido médico barcelonés que rompió con su vida acomodada, se divorció, dejó atrás a sus hijos, lo siguió al exilio y murió en 1940 cuando una bomba alemana cayó en el pajar en el que se refugiaban cuando ambos huían en carro de la Bruselas a punto de caer en manos de los nazis.

“En realidad me interesa Carmen. Para mí Frederic Escofet en esta novela es el amante de Carmen. La historia me llega por las hijas de Carmen, que me cuentan una historia maravillosa de amor, de resistencia, de abandono, de traiciones, de arrepentimientos. Después descubrí que el Federico del que me hablaban era Frederic Escofet y que tenía detrás toda la historia que es el marco de la novela”, explica Ónega.

Los vagos recuerdos de las hijas gemelas de Carme Trilla y la correspondencia que una de ellas mantuvo muchos años después con el exiliado Escofet hicieron posible la novela. Pero fueron imprescindibles los tres folios sobre la historia de amor con Carme que Escofet le dictó a su biógrafo, el periodista Xavier Febrés, cuando aquel capitán de caballería que había sido herido en Marruecos y en Teruel y que planeó y dirigió la resistencia a los golpistas en 1936 regentaba con su bata azul un colmado, de nombre La Costa Brava, en Bruselas. Aunque ambas fuentes dejan muchísimos huecos que han obligado a Ónega a ficcionar.

UN ENCUENTRO EN UN TREN

“Ese texto empieza precisamente cuando Escofet, que se dirige a La Garriga en tren el 27 de septiembre de 1933 para pasar revista a los Mossos y Carme, que se va porque ha descubierto que su marido lo engaña con su propia hermana, se conocen. Escofet explica cómo se encuentra con la mujer a la que conocían como la Greta Garbo de Barcelona. Aquel comienzo me pareció apoteósico, no puedes ni forzarlo, la realidad se convierte en literatura ya en el encabezamiento de esos folios. Y allí arranca todo”, explica la periodista.

Carme Trilla no fue una militante comprometida, sino una mujer burguesa que rompió con su papel de elegante y discreta señora. “No tuvo más papel que de acompañante. Pero esas mujeres que acompañan al hombre en todas sus batallas son tan valientes como ellos y forman parte de esa trastienda de la historia. Ir al exilio era huir cada vez más lejos de sus hijos y hacer más difícil el regreso. Él volvió, ella regresó en un ataúd. Le persigue el infortunio de una vida atormentada que para él fue una elección por sentido del deber, pero para ella no”.