Un Sónar local y global

La primera edición del festival en Reykjavik ofreció una amplia presencia de artistas islandeses, un 60% del programa

Juventud ártica 'fashion' 8 Público asistente a la primera jornada del Sónar de Reykjavik, el viernes.

Juventud ártica 'fashion' 8 Público asistente a la primera jornada del Sónar de Reykjavik, el viernes.

JORDI BIANCIOTTO / Reykjavik (enviado especial)

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La jugada maestra de la marcaSónar, fundir bajo su nombre la exploración musical avanzada y el gusto por la fiesta y el exhibicionismo, se repitió estos días en su nueva sede en Reykjavik. Los mismos asistentes que llenaron el recital microelectrónico de Ryuichi Sakamoto con Alva Noto (donde toser podía ser motivo de amonestación) se desfasaron después con los 'breakbeats' de Squarepusher. Los islandeses no son tan diferentes.

La segunda y última jornada de Sónar-Reykjavik comenzó, como la primera, con sonidos de probeta y sobremesa. Ólafur Arnalds estrenó 'For now I am winter', un disco en el que su lánguida música de cámara acoge texturas un poco más voluminosas y el concurso de una aflautada voz masculina. Actuará en el próximo Sónar barcelonés, al igual que sus compatriotas de Samaris, joven e intrigante grupo encabezado por la vaporosa Jófridur Ákadóttir, una muestra de que el influjo de Björk sigue vivo en las nuevas generaciones islandesas.

Tras la medianoche, menús más robustos como la sesión de dj del catalán John Talabot, alias de Oriol Riverola, un tipo que vive en la cresta de la ola. Habla con el cronista a alta velocidad, volcando ideas a ritmo frenético. Planea su segundo disco. "Pero aún tardará. Aún no tengo el concepto. Sí sé que quiero hacer canciones que pueda reproducir en directo con los mismos elementos. Lo he aprendido de The xx", apunta aludiendo a un grupo que ha teloneado en su última gira por Estados Unidos y Europa.

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