CRÓNICA

La danza del siglo

El francés Cerrone volcó su música disco de los 70 en contraste con los modernos sonidos urbanos de C. Tangana y Dellafuente

Concierto de Thundercat, en el Sónar.

Concierto de Thundercat, en el Sónar.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Todos los caminos conducen al Sónar, desde la 'disco music' de primera hornada, representada por un francés sacado del congelador, Cerrone, hasta las rimas de los nuevos chicos de la música urbana española, C. Tangana y Dellafuente. Menús prácticamente antagónicos, todos ellos bailables y disfrutables a su manera en este Sónar que sigue renovándose mirando a la vez hacia atrás y hacia adelante.

Marc Cerrone, precursor del sonido disco europeo, con tanto énfasis rítmico como cuidado de la melodía, envuelto en cuerdas sedosas y coros femeninos ululantes, quiso informar a los jóvenes del lugar cómo se bailaba hace, glups, 40 años. Sesión de dj con aparato videográfico y una cantante de apoyo en honor al clásico 'Love in C minor', que abrió el 'set', camino de 'Midnite lady', 'Rocket in the pocket', 'Cerrone's paradise'... Y citas a Michael Jackson y Chic. Un perfumado museo de la disco music.

En contraste con los libidinosos sonidos del maestro Cerrone, gran convocatoria para atender a esa mezcla de rapero y cantante melódico que responde por C. Tangana, alias del madrileño Antón Álvarez Alfaro, inventor de una figura admirable: el chulo cursi. 'Hardcore' en su lenguaje sexualmente explícito y melodramático en su entonación y sus fondos armónicos, cimentándolo todo en un uso compulsivo de 'autotune', se acompañó de sus colegas del colectivo Agorazein a lomos de Drama, 'Persiguiéndonos' y el 'hit' 'Antes de morirme', aquí con la voz enlatada de la neoflamenca Rosalía. "Antes de que muera yo / pienso follarte hasta borrar el límite entre los dos". Hum, ¿indicios de heteropatriarcado?

REGGAETON FLAMENCO

También con público abundante, otro que tal, el granadino Dellafuente, acompañado de Maka, fue un poco más allá en su gusto por la mezcla, sobre todo de hip-hop y quejío. "El reggaeton más flamenco del mundo", anunció antes de abordar 'La Habana'. Melodías con vagos aromas a Triana y bases electrónicas crudas en un choque sustancioso.

Y de un extremo a otro hasta el virtuosismo jazz fusion de Thundercat, el exbajista de los metaleros Suicidal Tendencies, dirigiendo con su bajo-fortaleza un trío que recordaba poderosamente aquellos discos de Billy Cobham de los años 70 que Massive Attack procedió a samplear pensando que nadie les pillaría. Solos de sintetizador que ni Jan Hammer. Todos los caminos conducen al Sónar, aunque algunos pasen de largo.

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