LOS MARTES DEL JAMBOREE

Solo músicos tocando juntos

Agustí Fernández protagoniza un ciclo de música improvisada con jóvenes talentos

Pianista generoso 8 Agustí Fernández, el martes pasado, con Míriam Fèlix (violonchelo) y Tom Chant (saxo).

Pianista generoso 8 Agustí Fernández, el martes pasado, con Míriam Fèlix (violonchelo) y Tom Chant (saxo).

ROGER ROCA
BARCELONA

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El pasado martes 9 de abril, en el Jamboree, un pianista, un saxofonista y una violonchelista dan un concierto de música improvisada. La música es como un murmullo, un bullir constante y lento en perpetua tensión, a ratos armonioso, a ratos inquietante. Ninguna de las tres voces destaca sobre las demás, a pesar de que no hay color entre los currículos de los músicos. Al piano está Agustí Fernández, la figura con mayor proyección de la música improvisada del país, y al violonchelo una virtual desconocida, Míriam Fèlix, que hasta hace nada era alumna suya en la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC). Pero aquí no hay protagonista ni secundarios. Solo músicos tocando juntos.

El tercer miembro del grupo, el saxofonista británico Tom Chant, lo explica durante un descanso en el concierto.«Agustí no ha llegado donde ha llegado poniendo su ego por delante. Está donde está porque sabe escuchar a los demás».

Ese lugar al que Fernández ha llegado es la élite mundial de la música improvisada. Es una figura internacional y la referencia en nuestro país. El músico que toca y graba con los grandes improvisadores europeos, el profesor que forma a nuevas generaciones en la ESMUC y uno de los pioneros de la escena local.«Es nuestra figura más visible y un músico muy sofisticado», dice el saxofonista Liba Villavecchia, compañero suyo desde los años 90. Juntos pusieron en marcha la primera asociación de música improvisada de Barcelona, la desaparecida I.B.A., y ambos coinciden en su análisis de una escena local cada vez más amplia y mejor preparada.«Quizás no tengan nuestra fuerza expresiva», opina Fernández,«pero los jóvenes tiene un nivel técnico muchísimo mayor y muchos más conocimientos que los que teníamos nosotros cuando empezamos».

Esa escena que crece, con nombres de largo recorrido, con nuevos talentos y músicos extranjeros que se instalan en la ciudad, es la que Agustí Fernández quiere visibilizar en su residencia semanal en el Jamboree. Cada martes de abril, a las 20 y a las 22 horas, el pianista ofrece un concierto con un grupo distinto en el club de la plaza Reial. Hoy, Fernández estrena un grupo que reúne a Villavecchia con el guitarrista portugués Nuno Rebelo y el batería catalán Ivo Sans. El día 23 toca con el poderoso saxofonista noruego Mats Gustafsson y otro antiguo alumno, el batería Ramon Prats, y cerrará el ciclo el día 30 junto a la Free Art Ensemble, un grupo local de jóvenes músicos de jazz con el que acaba de publicar un primer disco. Está convencido de que en estas nuevas generaciones hay relevo asegurado, porque, dice, los que se adentran en este lenguaje ya no lo dejan jamás.«La improvisación tiene un punto de adicción, te dispara la dopamina. Lo que consigues expresar con ella no lo consigues de ninguna otra manera».