Greta Gerwig

(No solo) la musa indie

Es lista, polifacética, talentosa y exuda naturalidad. El futuro parece pasar por esta actriz, guionista y directora.

Greta Gerwig

Greta Gerwig / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA

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La prensa seria la ha definido como la actriz definitiva de su generación, como la Catherine Deneuve moderna o como la primera dama del cine independiente. En poco más de siete años de carrera, la actriz, guionista y directora Greta Gerwig (Sacramento, 1983) ha salido de los comedores mal iluminados de las películas de bajo presupuesto y ética háztelo-tú-mismo para trabajar con Woody Allen (A Roma con amor) o Whit Stillman (Damiselas en apuros). Los críticos adoran la naturalidad y la cómica ligereza que destila. Todavía no ha estallado. No es un producto de la industria, pero está labrándose un lugar entre los grandes.

Parte de la culpa la tiene Frances Ha, la película en blanco y negro estrenada a principios de mes en España, dirigida por Noah Baumbach (GreenbergUna historia de Brooklyn), con el que escribió el guion a dos manos y con el que mantiene una relación sentimental. Gerwig interpreta a Frances Halliday, una aspirante a bailarina que se mueve en el Nueva York hipster de veinteañeros con vocación artística que quieren comerse el mundo o, al menos, evitar que se los coma. Una historia sobre el trompicado tránsito hacia la madurez, con diálogos por momentos brillantes, planos muy cortos y una estética entre la nouvelle vague y Woo-dy Allen.

«Estoy tan avergonzada. Ni siquiera soy aún una verdadera persona», dice Frances en uno de esos momentos donde su patosa candidez chirría socialmente. «Parte de su mérito estriba en que la mayor parte del tiempo parece como si no estuviera actuando», escribió el célebre crítico de The New York Times A. O. Scott tras visionar Greenberg, donde trabajó con Ben Stiller. «La transparencia de sus interpretaciones tiene menos que ver con una técnica exquisitamente refinada que con la aparente ausencia de cualquier método».

 

La rubia de mandíbula prominente creció haciendo ballet y esgrima en California. Era metódica y obsesiva, tanto que su madre tuvo que apuntarla a clases de hip-hop para que se quitara el vicio por el ballet. Años después volvió a intervenir, esta vez para que se olvidara de estudiar teatro musical en Nueva York. «No voy a gastarme 40.000 dólares al año para que aprendas a bailar claqué», le dijo su madre, recordó la actriz en una entrevista. (Sus padres aparecen interpretándose a ellos mismos en Frances Ha). En su lugar, acabó estudiando cosas serias -inglés y filosofía- y graduándose cum laude en la universidad de Barnard. «Corre por ahí esa idea de que, 'bueno, ella pasa de todo'», le contó Gerwig a The New York Times. «Pero no iba a todas esas audiciones de Gossip girl para nada. Yo quería ser actriz».

 

Proyectos en marcha

 

Y empezó desde los cimientos, rodando junto a gente como Joe Swanberg, el pope accidental del Mumblecore, una corriente de cine hecho con cuatro duros, nulas pretensiones y ausencia de trama. «Esperar sentado es una manera horrible de vivir, pero es parte de ser actor», dijo el año pasado. «La oportunidad de participar en tu propia carrera es mucho más excitante que simplemente esperar a que todo funcionará». A Gerwig se le acumulan ahora los proyectos. Aparecerá junto a Al Pacino en La humillación, adaptación de la novela de Phillip Roth, y ha participado en el piloto de Como conocí a vuestro padre, secuela que prepara la CBS de Como conocí a vuestra madre.