CRÓNICA

Singular doblete de Plácido

El artista canta 'Luisa Fernanda' y dirige 'Manon Lescaut' en el Palau de les Arts

Plácido Domingo y Davinia Rodríguez, en 'Luisa Fernanda'.

Plácido Domingo y Davinia Rodríguez, en 'Luisa Fernanda'.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
VALENCIA

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Días agitados para Plácido Domingo. El legendario artista ha cargado con la responsabilidad de abrir la temporada del Palau de les Arts de Valencia doblando esfuerzos al compatibilizar la dirección musical de Manon Lescaut, de Puccini, con su faceta de cantante en la luminosa producción de la zarzuela Luisa Fernanda, en la que interpreta con brillo el rol de barítono del hacendado Vidal Hernando. Este maratón le ha dejado, a sus 73 años, exhausto pero feliz por los resultados obtenidos.

El público que ha disfrutado, el lunes y martes, del doblete ha agradecido al artista su compromiso con el teatro en sus horas más difíciles a causa del drástico recorte presupuestario, lanzando en la función de zarzuela del primer día centenares de octavillas sobre la platea. La presencia de Domingo junto a las buenas prestaciones de la orquesta y coro de la casa, son las bazas más seguras con las que cuenta Helga Schmidt para sostener el proyecto.

El montaje de Emilio Sagi de la zarzuela funciona como la seda con su minimalista elegancia. Este título puso en pie a la sala como ya sucedió en La Scala, el Real y otros coliseos. El propio Domingo triunfó con el personaje del noble campesino, antagónico al de Javier que antes interpretó como tenor y que ahora borda Celso Albelo. La atractiva Davinia Rodríguez encarna a Luisa Fernanda e Isabel Rey a Carolina.

Más irregular resulta, en cambio, Manon Lescaut con cantantes de aceptable buen nivel como María José Siri (Manon) y Rafael Dávila (Des Grieux) como protagonistas que van de menos a más, y Stephen Milling (Geronte). La orquesta empieza dubitativa pero suena diáfana en los dos últimos actos.

'CASO SABINA' / Domingo, atento a la actualidad, no dudó en restar importancia al episodio de pánico escénico protagonizado por Sabina en Madrid. «En una larga carrera es normal que esto suceda alguna vez. Yo mismo he tenido tropiezos: uno en Hamburgo con La forza del destino. Canté el primer acto y tras iniciar la romanza del segundo, vi que se me iba la voz y le dije al público que interrumpía. Lo propio me sucedió en el Met con La Gioconda y en unos recitales en Chile y Portugal. Tuve que parar, pero lo mejor en esto casos es decir la verdad, además de ofrecer otra fecha para compensar al público».

También se alegra de que Barcelona cuente esta semana con dos estrellas del canto como Anna Netrebko (ayer en el Palau), de la que dice que se puede convertir “en «la Callas de nuestra época», y Javier Camarena (Maria Stuarda), al que califica de «fenómeno». Palabra de divo.