La Shica y las diosas del cuplé

Elsa Rovayo, La Shica, admite que «no tenía mucha idea» del cuplé que causó furor en la Barcelona anterior a la guerra civil, pero un encargo de la sala Artte la llevó a descubrir todo un mundo. Repertorios atrevidos, transgresores, y cantantes que eran «diosas del Paral·lel y de medio mundo, como reinas del rock'n'roll», señala en alusión a voces como Raquel Meller, La Bella Dorita, Amalia Molina y La Fornarina, a las que rinde homenaje en el Shicalíptica. Del Paral·lel al Eixample.

Un espectáculo que estrena en la nueva sala de la calle de Muntaner con tres sesiones, desde este jueves hasta el sábado, tras someterse a una gozosa inmersión en aquel imaginario popular enterrado por el franquismo. «Cuando investigas un poco, y lees, y escuchas, te das cuenta de por qué se borró a esas cantantes, y es porque iban a la contra de una sociedad que era hipócrita y machista», reflexiona La Shica, a quien, confiesa, algunas de esas canciones han llegado a incomodarla por su descaro. Como Viuda alegrita. «Dice que desde que se murió el marido, ella está en la gloria. Yo soy capaz de cantar cualquier barbaridad, ¡pero esa letra me da vergüenza!», asegura. Otras piezas del repertorio son El sátiro del Abc y la popular La violetera, que Meller hizo suya y que Charles Chaplin usó en Candilejas (1931).

El humor era rasgo muy presente. «No se trata solo de cuplé picante. Además de sex symbols, ellas eran unas payasas y deseaban entretener y divertir», explica la cantante ceutí, afincada en Madrid desde los 15 años, que en sus tres discos se ha acercado con libertad a la copla. «Pero esto no tiene nada que ver. Está más influido por el jazz y las canciones que venían de Francia o Alemania», destaca La Shica, hondamente identificada con esos hallazgos. «Yo creo que soy de esa época», suspira.

Canción 'punkie'

En los recitales contará con la única ayuda del guitarrista Josete Ordóñez en un formato manejable y que va directo a la esencia. «Las canciones son tan punks que no ya no puedo pretender que lo sean más», considera. Los tiempos, dice, son propicios. «Espectáculos como este, en momentos como los que estamos pasando, hacen falta. Seguro que saldrán más bolos», confía la cantante, que desde septiembre se ha instalado en México. «Creo que me quedaré ahí. La industria mexicana está más sana que la española, y te abre las puertas de Latinoamérica», destaca.