La Shica, cuplé con alma 'punkie'

La cantante llevo al extremo el tono transgresor del género en la sala Artte

La shica, durante su concierto en la sala Artte, el jueves.

La shica, durante su concierto en la sala Artte, el jueves. / FERRAN SENDRA

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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La tesis de La Shica es que el cuplé que inflamó los escenarios en las primeras décadas del siglo pasado era tan o más punkiey, aun dejando esa idea en suspenso cautelar, sí que podemos concluir que su versión del género, la del recital Shicalíptica. Del Paral·lel al Eixample,No solo por la elección del repertorio, canciones que claman por una feminidad rompedora, sino por los estridentes modos de la cantante ceutí, Elsa Rovayo, que no se caracteriza por el cultivo del eufemismo. «¿Cuántas mujeres guapas e inteligentes están enamoradas de un subnormal?», preguntó la noche de estreno, el jueves, en la sala Artte.

Ninguna asistente respondió, quizá porque la autoridad de La Shica no admitía réplicas. Y se trataba de recuperar un repertorio que incorpora el humor más pasado de vueltas como ingrediente expresivo. «La gente que no ríe es idiota», sentenció. Hablamos de los cuplés que más «divierten» a la cantante, como La pulga y La pulga La vaselina Intérpretes que, destacó La Shica, «eran las que estaban más buenas y, encima hacían gracia». Esas piezas aun hoy suenan audaces, y ahí están muestras extremas como El tango de la cocaína, del repertorio de la catalana Ramoncita Rovira, y la muy irreverente El tango de la cocaína, Viuda alegrita«Esta me da mucho apuro cantarla», confesó La Shica. Y eso que ella no es una flor delicada: se dirigía a su guitarrista, Josete Ordóñez, con amistosa contundencia («¡no, maricón, toca el estribillo!») y abroncó a algunos asistentes de las mesas más cercanas por hablar demasiado durante el recital. «¡La próxima vez os ponéis p'atrás!».

Todo un carácter, sí, pero el material requería un talante de rompe y rasga, y La Shica lo llevó al límite. Dejando para el final las piezas más populare, La chica del 17, La violetera y La Lola, que, dicen, «no duerme sola», y resaltando sus cualidades más invasivas, aun un siglo después. «Si esto no es rock'n'roll, que venga el cantante de Manowar y me parta en dos», afirmó en otro de sus grandes momentos. ¿Eric Adams, usted qué opina?»