COMPLICADA SITUACIÓN EN LA ENTIDAD DE GESTIÓN DE DERECHOS

La SGAE de los líos

Fernando Colomo, en una imagen del 2011, se ha reinventado personal y profesionalmente.

Fernando Colomo, en una imagen del 2011, se ha reinventado personal y profesionalmente. / JUAN MANUEL PRATS

OLGA PEREDA
MADRID

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Son pocos, pero piensan que tienen el poder de cambiar las cosas. ¿Lo harán? Nadie lo sabe. Un grupo de socios de la SGAE se reunieron ayer en Madrid para sentar las bases de lo que ellos consideran la revolución, la «refundación» de la SGAE. El espíritu de la reunión fue: «Refundación sí o sí. Es necesario y urgente. Si no lo hacemos, la casa se desmorona».

La SGAE (entidad bajo sospecha por un presunto desvío de fondos por parte de sus máximos responsables) tiene unos 100.00 socios. En la reunión de ayer, el número no llegaba a 50 (aunque destacaron que representaban a más de 300). Entre otros, estaban los cineastas Fernando Colombo, Antonio del Real y Álvaro Sáenz de Heredia, así como las compositoras Mercedes Ferrer y Carmen París. No acudieron ni los hermanos Almodóvar ni el cineasta Achero Mañas, que semanas atrás firmaron un documento para la refundación de la entidad de gestión.

Todos los que sí asistieron a la reunión de ayer estuvieron de acuerdo en crear una comisión gestora formada por tres miembros de la candidatura de Teddy Bautista (que renunció a su cargo como presidente del Consejo de Dirección semanas después de que el caso SGAE explotara en la Audiencia Nacional) otros tres de la candidatura de José Miguel Fernández-Sastrón (compositor musical que lleva años criticando la gestión de Bautista y que fue su principal rival en las elecciones del 30 de junio) más otros cinco miembros independientes. Esta comisión es el órgano de gobierno que debería llevar a cabo la refundación de la SGAE. ¿Cómo? Revisando los estatutos para cambiar lo que haya que cambiar, convocando una asamblea extraordinaria y, si los socios lo aprueban, celebrando unas nuevas elecciones.

No tiene mucho futuro la propuesta. Y el primer motivo es que Fernández-Sastrón no quiere formar parte de ninguna comisión en la que tenga que sentarse junto a miembros de la cuerda de Teddy Bautista, que, en su opinión, torpedeó hasta la saciedad su candidatura alternativa. El objetivo de Fernández-Sastrón -que ha impugnado las elecciones después de que la Audiencia Nacional haya cuestionado el proceso- es partir de cero y convocar una asamblea extraordinaria. Y a partir de ahí, repetir la votación a la junta directiva. A la actual, Fernández-Sastrón no la considera legítima por los indicios de la falta de limpieza y, además, detesta la idea de que le ofrezcan puestos a espaldas de los socios.

Preguntas sin respuesta

Fernández-Sastrón, además, tiene otros motivos de queja. Primero: «¿Por qué Teddy Bautista sigue acudiendo a la sede de la SGAE si ha renunciado a su cargo?» «Nos consta -asegura- que sigue celebrando reuniones con los directivos de la SGAE, la Fundación Autor y Arteria». Arteria es la red de teatros de la entidad de gestión y el principal caballo de batalla de Fernández-Sastrón, que los considera un descomunal y sospechoso negocio inmobiliario. «También nos sorprende que el director general, Enrique Loras, y el responsable financiero, Ricardo Azcoaga, que también están imputados, no han dimitido de sus cargos ni han sido apartados», añade Fernández-Sastrón.

En la reunión de ayer también hubo diferencias entre los asistentes a la asamblea. Antonio del Real, por ejemplo, dejó al personal boquiabierto asegurando que Teddy Bautista ha sido «un gran gestor». «Ninguno mejor que él», añadió. Ante sus sorprendentes palabras, la dramaturga Paloma Pedrero dejó claro que no estaba de acuerdo en esa opinión y que la SGAE debe entonar el mea culpa por no haber visto venir una situación catastófrica. «Tuvo que morir Franco para que llegase la democracia», dijo.