Serrat y Sabina presumen de repertorio en el Sant Jordi

Los cantantes propiciaron un ambiente de camaradería en el primero de sus dos conciertos barceloneses

Serrat y Sabina, en un momento de su concierto en el Palau Sant Jordi, el jueves

Serrat y Sabina, en un momento de su concierto en el Palau Sant Jordi, el jueves / JOSEP GARCIA

JORDI BIANCIOTTO / Barcelona

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Una noche con los repertorios cruzados de Serrat y Sabina puede suministrar el deleite de miles de personas como las que ayer llenaron el Palau Sant Jordi (y las que lo harán hoy). Pero, sobre todo, quienes se lo pasan pipa son sus dos protagonistas, a quienes vimos compartiendo e intercambiándose sus estrofas más preciadas, bailando claqué, coqueteando con las coristas y lanzándose mutuamente dardos inocentes.

Ambiente de camaradería risueña en un recital de una veintena larga de canciones que basculó en torno a la complicidad entre ambas figuras; su dúos, sus contrastes vocales, sus bromas blancas («Me gusta apoyar a la gente que empieza», le dedica un Serrat perdonavidas a Sabina; este replica: «Es verdad, siempre nos ha ayudado mucho a los jóvenes») y el toma y daca de un repertorio que exige forzar un poco la máquina para que uno se adapte al otro. El bombín que ambos se calzaron les igualó, y sus siluetas artísticas cedieron definición para que, con la ayuda de Kitflus, Antonio García de Diego y compañía, todo aquello sonara compacto y cohesionado.

Lea la crónica completa sobre el concierto de Serrat y Sabina en e-Periódico.