El secuestro de Michel Houellebecq En los límites de la realidad

Nadie como Michel Houellebecq, parafraseando el título de un libro sobre Jean-Luc Godard, Nadie como Godard. Iconoclastas y franceses ambos, netamente provocadores, si no existieran habría que inventarlos. Godard en el cine. Houellebecq en la literatura. Pero el autor de Lanzarote también se ha visto seducido por las imágenes en movimiento. En el 2008 dirigió una adaptación de su novela post-apocalíptica La posibilidad de una isla, y ahora se presta a un juego consigo mismo, el documental, la ficción y el falso documental.

El secuestro de Michel Houelle-

becq fantasea sobre algo que pudo o no haber ocurrido. El escritor desapareció durante unos días del 2011 y se especuló con que había sido secuestrado; en algún medio llegó a decirse que era víctima de un grupo de Al Qaeda. Houellebecq ha recubierto esa misteriosa desaparición con una pátina de dudas y sospechas, algo muy propio de él. Y de esa duda surge esta película, en la que se reconstruye el secuestro como si hubiera acontecido realmente… aunque con el propio Houellebecq

interpretándose a sí mismo.

La película, pues, juega irónicamente con la idea del falso documental, de la ficción recreada; en definitiva, sobre la frontera que ya no separa la realidad de la imaginación. Ahí reside el interés del producto más allá de que la permanente presencia de Houellebecq, quien acaba estableciendo una cierta empatía con sus secuestradores y discute con ellos de arte y política, pueda ser realmente agotadora. Así es el autor y así hay que tomarlo. Q. C.

Guillaume Nicloux