FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

Sebastián Lelio: "El debate transgénero es una metáfora de nuestro mundo"

Sebastián Lelio y Daniela Vega (protagonista de 'Una mujer fantástica'), este viernes en San Sebastián.

Sebastián Lelio y Daniela Vega (protagonista de 'Una mujer fantástica'), este viernes en San Sebastián. / periodico

Nando Salvà / San Sebastián

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El director chileno Sebastián Lelio lleva meses dando mucho de qué hablar gracias a su nueva película, 'Una mujer fantástica', retrato de una mujer transgénero que sufre el rechazo social tras la muerte de su amante. Este viernes la ha presentado fuera de concurso en el Festival de San Sebastián.

Cualquier película que aborde el asunto transgénero es necesariamente cine político, pero 'Una mujer fantástica' parece rehuir esa etiqueta. Mi intención fue que no fuera una película de tesis ni de mensaje político. Quería que fuera muchas otras cosas: una historia de amor, una crónica de humillación y venganza, un estudio psicológico, un musical… Tiene muchos elementos distintos y ninguno de ellos la define por completo. La identidad de la película cambia, y se niega a ser reducida a una sola idea. De la misma manera que describimos a su protagonista como una mujer transgénero, la película misma puede definirse como cine transgénero.

En ese sentido, es destacable el modo en que la película se aleja del tipo de estética realista y cruda típico del cine que habla del asunto transgénero. Sí, para mí era importante tomar a un tipo de mujer que la sociedad rechaza, ponerla en el centro absoluto del relato y rodearla de secuencias oníricas y números de baile y mucho colorido, retratándola como si fuera la diva de un musical. Me parece lamentable el modo que la manera canónica de hablar del transgénero sea con cámara al hombro, poca luz y atmósfera sórdida. Creo que la estética de la película es absolutamente política. 

Daniela Vega, la protagonista de la película, no tenía experiencia previa como actriz. ¿Por qué la escogió a ella para interpretar un papel tan complejo? Inicialmente acudí a ella para que me ejerciera como asesora de la película, pero no tardé en comprender que nadie podría interpretar el personaje mejor que ella. De hecho, fue gracias a ella que entendí que no debía tratar de hacer la película con una intérprete que no fuera transgénero. De haberlo hecho habría caído en una aberración ética y estética similar a la que se cometía en los inicios del cine, cuando los personajes negros eran interpretados por actores blancos con la cara pintada.

¿Por qué cree usted que en los últimos años la problemática transgénero ha cobrado tanto protagonismo en todo el mundo? Porque el debate transgénero es una metáfora de nuestro mundo. Estamos en una encrucijada evolutiva. Hay una tensión tremenda entre quienes por un lado piensan que deberíamos crear muros y marcar fronteras y segregar al diferente, y quienes por el otro defienden que todos deberíamos estar unidos y abrazar la complejidad de la vida. Y se trata de un conflicto de importancia capital: o nos cerramos sobre nosotros mismos y nos autodestruimos, o nos arriesgamos a intentar convivir y aceptar al otro. Igual así sobrevivimos.