SANT JORDI 2016

La fiesta de Ben

Ben Brooks

Ben Brooks / periodico

RAFAEL TAPOUNET / BARCELONA

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Conozcan a Ben Brooks. Este joven, que nació en Gloucestershire (Reino Unido) hace 23 años, en los últimos cuatro no se ha perdido un Sant Jordi. "Es mi día favorito de todo el año. Es mejor que Navidad", asegura. Brooks es un entusiasta militante de la verbena del libro y la rosa. Ante la mirada complacida de su editor (Jan Martí, de Blackie Books), admite que firmar libros en Barcelona el 23 de abril ha sido un poderoso estímulo para completar a tiempo su última novela, 'Hurra'. "En realidad escribo libros para pasar este día en Barcelona", sentencia. Y se diría que no bromea del todo. Ben Brooks vive Sant Jordi como una fiesta en toda la extensión de la palabra. Una fiesta de las que se viven a los 23 años.

Su jornada empieza a las diez de la mañana en el maravilloso patio interior del Antic Teatre. Con una lata de cerveza y un pitillo, el desayuno de los campeones. Dos horas después, en la Rambla de Catalunya, le pregunto cuántas cervezas ha trasegado ya y responde que cinco. Seguirá a ese ritmo durante todo el día pese a las llamadas a la moderación que le hace Jan Martí. No ayuda a su empeño que el último acto de la función se desarrolle precisamente en la Fàbrica Moritz.

SIETE NOVELAS

Pese a su insultante juventud, Ben Brooks ha publicado siete novelas, sus libros pueden leerse en 13 idiomas, ha sido elogiado por Nick Cave y ha visto su nombre impreso en la misma frase que los de Salinger, Palahniuk y el primer Martin Amis. A él todo eso no parece importarle mucho. "No me veo como un escritor serio, aunque no me importaría serlo algún día", señala.    

Lleva los brazos profusamente tatuados. El humorista Miguel Noguera, compañero de editorial, le pregunta si desde el año pasado se ha hecho algún tatuaje nuevo. Brooks le enseña uno en el que se ve a Robert Falcon Scott, el explorador británico que alcanzó el Polo Sur y allí descubrió que la expedición noruega de Roald Amundsen se le había adelantado. Y junto a Scott, la leyenda 'At least no one died' ('Al menos no murió nadie'). "En realidad murieron todos", se ríe el novelista. Y da un trago a su cerveza.

"LA MUJER MÁS BELLA DEL MUNDO"

Además de los tatuajes, en las manos de Brooks pueden leerse un montón de nombres escritos con bolígrafo. "Cuando me piden una dedicatoria, escribo primero el nombre en la mano para poder deletrearlo luego bien". Aida, Irene, Lorena, Marta… Aplastante mayoría de nombres femeninos. "Mis lectoras suelen ser chicas jóvenes. Eso me perturba un poco, porque siempre me ha parecido que mis libros tienen algo de misóginos. Aun así, parecen gustarles".

En la Rambla de Catalunya, a Brooks le toca sentarse al lado de "la mujer más bella del mundo". Es la escritora gerundense Alicia Kopf, que firma ejemplares de 'Germà de gel', la novela galardonada con el Premi Documenta 2015. A Ben le preocupa que Kopf no se interese por él si ve que no vende muchos libros. "Me gustaría impresionar a esa mujer", suspira. Nadie le advierte de que 'Germà de gel' es una novela sobre exploradores árticos, así que Brooks no explota las posibilidades de su tatuaje de Scott. Al final le pregunta dónde firma a continuación. "En la Documenta", responde ella. "¿Y nosotros, Jan?", se gira hacia su editor. "En la FNAC". "Cambio de planes –anuncia Ben Brooks-. Vamos a Documenta".     

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