HOMENAJE EN EL SALÓN DEL MANGA

La poética 'mangaka' de Jirô Taniguchi

Una exposición homenajea al reconocido autor de 'Barrio lejano' y 'El gourmet solitario', fallecido el pasado febrero

Fragmento de la portada de 'Barrio lejano', de Jiro Taniguchi.

Fragmento de la portada de 'Barrio lejano', de Jiro Taniguchi. / periodico

Anna Abella

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Con obras maestras como ‘Barrio lejano’ o ‘El gourmet solitario’, cruzó la frontera de Japón para convertirse en “el autor de manga que conoce más gente fuera del manga”, como señala Oriol Estrada, coordinador de exposiciones del Salón. Durante medio siglo de prolífica carrera, Jirô Taniguchifallecido el pasado febrero a los 69 añostendió un puente entre el cómic japonés y Europa, sobre todo con Francia, que le nombró en el 2011 Caballero de la Orden de las Artes y las Letras y le homenajeó en el festival de Angulema del 2015 y donde colaboró con autores de la ‘bande dessinée’ como Moebius (en ‘Ícaro’) o Benoît Peeters (‘Tokio es mi jardín’). 

No puede ser más acertado el título de la exposición con la que el Salón del Manga homenajea al desaparecido creador: ‘El poeta del manga’. Así gustaba el mundo del cómic de calificar a Taniguchi (Tottori, 1947), un sobrenombre ganado a pulso gracias a una obra poblada de costumbrismo, cotidianidad, personajes contemplativos y reflexivos, incluso melancólicos, y viñetas de largos silencios. 

Pero eso no le impidió, como quiere destacar la muestra, desplegar un eclecticismo temático que fluctuó por la ciencia ficción -‘Crónicas de la era glacial’ (Planeta Cómic)-, se encaramó al wéstern y el ‘thriller’, bordó el manga gastronómico, cultivó incluso los relatos de montaña y recorrió la historia, desde el Japón actual, a la posguerra o la era Meiji (finales del siglo XIX) -‘La época de Botchan’-.  

Regreso en tren al pasado

Viñetas detallistas y dibujo realista de trazo limpio pueblan sus títulos. De los más relevantes permiten las reproducciones de la exposición tomar un bocado. Destaca la evocación del pasado que Taniguchi realizó en ‘Barrio lejano’ (Ponent Mon), de 1998, donde un hombre se equivoca de tren y acaba en la ciudad de su niñez, donde se queda dormido ante la tumba de su madre y despierta en su propia adolescencia. Según el comentario del divulgador de la historieta Antoni Guiral, leyendo la historia (Premio a la Mejor Obra extranjera en el Salón del Cómic 2004), “sientes los olores y los ruidos, sientes todo aquello que queda en la memoria”.  

Sobre ‘El caminante’ (Ponent Mon), con aire autobiográfico y costumbrista, destaca el dibujante y crítico Pepo Pérez que “no pasa nada”. En ella, todo proviene de los paseos del protagonista, “un 'flâneur' a la japonesa que se limita a descubrir aquello que Georges Perec llamó ‘lo infraordinario’: lo que ocurre cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo evidente”. Y recuerda que Taniguchi la publicó en 1992, una década entes de la explosión de la novela gráfica. 

Festín gastronómico

No falta la celebrada ‘El gourmet solitario’ (Astiberri), de 1997, al que sumó recientemente 'Paseos de un gourmet solitario', un festín gastronómico para el lector, protagonizado por un viajante de comercio cuyo trabajo le lleva de restaurante en restaurante y que plato tras plato retrata la cultura y los rituales culinarios de Japón.

De la entrañable y conmovedora ‘El almanaque de mi padre’ (Planeta DeAgostini), de1994, cuenta el experto en manga y traductor Marc Bernabé, que el protagonista vuelve a su ciudad natal para el funeral del padre, descubriendo quien realmente era gracias a las conversaciones con la gente que le rodea.

Dos inéditos póstumos

A la espera de que lleguen a España, llega la noticia desde Japón que se publicarán este diciembre dos volúmenes póstumos e inéditos que Taniguchi realizó cuando ya estaba enfermo: ‘El bosque del año luz’, sobre la armonía con la naturaleza, y las historias cortas de ‘Lo atrayente’. Más poética mangaka.