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'Sacro GRA', una carretera secundaria

Sacro GRA Una carretera secundaria_MEDIA_2

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Gianfranco Rosi

El director Gianfranco Rosi transita por los alrededores del Grande Raccordo Anulare (GRA), la enorme autopista que rodea Roma, para ofrecernos un mosaico de retratos fragmentados de quienes la habitan: un aristócrata de medio pelo que alquila su hortera mansión, un pescador de anguilas, un par de prostitutas transexuales, un hombre que trata de evitar que los insectos devoren las palmeras, y así. La mayoría de viñetas resultantes son prescindibles, pero el mayor problema es que ni siquiera las que no lo son tienen un efecto acumulativo. Aunque esporádicamente resultón y extrañamente lírico, el filme carece de cohesión alguna. Se apuntan temas como el miedo al extranjero o la colisión del mundo natural con la sociedad moderna, pero nada de ello nos convence de por qué toda esta gente aparece en la misma película.

Por su distancia del artificio, su voluntad de dejar que los personajes vivan y su rechazo de juicios moralizantes -aunque no de una molesta mirada de condescendiente superioridad--, Rosi podría alinearse junto a maestros del documental como Frederick Wiseman o Raymond Depardon de no ser porque esos probables referentes convierten la falsa objetividad en señas de identidad intransferibles, y en cambio Rosi tan solo es capaz de lograr con ella algo parecido a una edición especial -esto es, más larga-- de Callejeros. Que Sacro GRA obtuviera el León de Oro de la Mostra de Venecia en el 2013 significa un exceso similar a regalarle un coche a tu hijo porque no suspendió la selectividad. N. S.